Hesperian Health Guides

Cómo planificar la construcción de sanitarios

En este capítulo:

Un hombre y una mujer están afuera de su casa; el piensa sobre un urinario, ella piensa sobre un sanitario; a un lado, un niño se acuclilla para defecar.
No lograrán evitarse las enfermedades en la
comunidad si no se incluyen sanitarios adaptados para el uso de las mujeres u otro grupo.

Cada persona y cada comunidad tiene su propia manera de ocuparse de los desechos humanos, incluso si lo único que hacen es ir detrás de un arbusto o al monte para orinar o defecar. No todas las personas del pueblo utilizan el mismo método, y no todos se deshacen de sus desechos de la misma manera cada vez que lo hacen. Es posible que algunas personas estén dispuestas a cambiar de costumbres y otras no. Ya sea construir un nuevo tipo de sanitario, mejorar el acceso a sanitarios seguros, o hacer otro tipo de cambio, casi todos los métodos de saneamiento pueden mejorarse.

Es más fácil avanzar mediante cambios pequeños, paso a paso, en lugar de hacer cambios grandes de una vez. Algunos cambios pequeños que pueden tener un gran impacto en la salud, la seguridad y la comodidad incluyen:

  • Mantener agua y jabón cerca del sanitario.
  • Abrir un agujero de ventilación tapado con malla milimétrica en la fosa, para permitir el flujo de aire pero sin que entren las moscas.
  • Instalar una plataforma durable sobre una fosa destapada.


Al planificar o hacer cambios para el saneamiento del hogar o la comunidad, tenga en cuenta que todos los métodos de saneamiento deben tener estas características:

  • Prevenir enfermedades: deben mantener los desechos e insectos portadores de enfermedades alejados de las personas y alimentos, tanto en el lugar del sanitario como en las casas cercanas a éste.
  • Proteger las fuentes de agua: no deben contaminar el agua potable, el agua superficial, o el agua subterránea.
  • Proteger el medio ambiente: los sanitarios que convierten los desechos humanos en abono (realizando así un saneamiento ecológico) pueden conservar y proteger el agua, evitar la contaminación y hacer que los nutrientes regresen al suelo.
  • Ser simples y baratos: deben ser fáciles de limpiar y mantener, y debe ser posible construirlos con materiales y mano de obra locales.
  • Ser aceptables para la cultura del lugar: deben adaptarse a las costumbres, creencias y necesidades locales.
  • Funcionar para todos: deben resolver las necesidades de salud de los niños y los adultos, mujeres y hombres, así como de las personas mayores de edad y las personas con discapacidad.

Las decisiones sobre el saneamiento son comunitarias

Si las personas que emplearán los sanitarios participan en la toma de decisiones relacionadas con la construcción de éstos, será más probable que se satisfagan las diferentes necesidades de saneamiento de cada uno. Además, como las decisiones relacionadas con el saneamiento del hogar, el vecindario y la comunidad pueden afectar a las personas río abajo, es necesario que las comunidades vecinas trabajen juntas para mejorar la salud de todos.

La participación de la comunidad puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso cuando el gobierno o alguna institución externa llega y trata de mejorar el saneamiento local.

¿Sanitarios equivocados?

En 1992, el gobierno de El Salvador gastó más de $10 millones de dólares para construir miles de nuevos sanitarios con los que se pretendía convertir los desechos humanos en abono. Los sanitarios que se instalaron necesitaban mayor cuidado y limpieza que los sanitarios a los que la gente estaba acostumbrada. No se capacitó a la gente para que aprendiera a utilizarlos, y el gobierno no invitó a la comunidad a participar en el proyecto. El resultado fue que la gente no sabía cómo funcionaban.

Después de terminar el proyecto, el gobierno estudió el uso que se estaba dando a los sanitarios. Descubrieron que un gran número de los sanitarios no se utilizaban debidamente, y que algunos ni siquiera se habían utilizado.

Gente hablando de un edificio de baño construido de ladrillos.
¡Estos sanitarios no funcionan!
Los sanitarios sí funcionan, ¡el problema es que no los usamos correctamente!
El gobierno nunca nos preguntó si los queríamos.
Hubiera sido
mejor que primero construyeran sólo unos cuantos de prueba.
¡Claro le pagaron a alguien para hacer este mamarracho!
Cuando la gente participa en las actividades de planificación, es más
probable que el resultado se acomode a sus necesidades.
Afuera de un inodoro protegido, una mujer intenta darle instrumentos para limpiar las manos a un hombre que intenta rechazarlas.

Alguien debe limpiar el sanitario

A nadie le gusta limpiar el sanitario. Pero alguien tiene que hacerlo.

Con frecuencia se considera que el trabajo de planificar, construir y reparar los sanitarios es trabajo de los hombres, o de un especialista. Pero el trabajo menos agradable y más constante, que es el de limpiar los sanitarios, recae en las mujeres o en la gente de clase social más baja. Es injusto que las tareas que son imprescindibles pero desagradables siempre recaigan en aquellos que no tienen voz en la toma de decisiones.

Compartir entre todos los trabajos desagradables, aunque cause conflictos en la comunidad, es una manera de garantizar que estos trabajos se hagan.