Hesperian Health Guides

Construcción planificada por la comunidad

En este capítulo:

Cuando las personas planifican y construyen sus propias casas y comunidades, tienen más control sobre sus vidas y pueden crear un plan que satisfaga sus necesidades, expectativas y deseos. En lo posible, los gobiernos y las agencias de desarrollo de comunidades deben involucrar a la gente en la planificación y mantenimiento de sus propios proyectos de vivienda. Recuerde que lo ideal es que una comunidad sea mucho más que un grupo de casas. En una comunidad vibrante, cada casa está conectada con espacios públicos compartidos, sean estos jardines, instalaciones de agua y de lavandería, mercados, escuelas y otros lugares donde la gente se relaciona entre sí.

La construcción de viviendas requiere el trabajo conjunto de la gente. Si los planificadores, constructores y agencias de desarrollo alentaran a la gente a trabajar juntos de manera que se promueva la educación, la transmisión de destrezas y la participación total, no sólo se construirán casas sino que se desarrollarían comunidades saludables.

Una comunidad vista desde arriba.
Construcción de casas y desarrollo de comunidades

Durante muchos años ha habido una crisis de vivienda en Sudáfrica, y como consecuencia han empeorado los problemas de pobreza y salud. El gobierno trató de resolver el problema construyendo casas para la gente pobre. Sin embargo, las casas nuevas eran pequeñas y oscuras, estaban muy cerca la una de la otra y se construyeron de tal manera que eran demasiado calientes o demasiado frías.

Estaban lejos de las escuelas, de los centros de salud y de las tiendas y no era fácil acceder desde ellas al agua, ni a los servicios de salud. Además no brindaban protección contra el mal tiempo y era necesario repararlas con frecuencia. Sólo servían para que la gente pobre se mantuviera en la pobreza.

En respuesta a estos problemas, un grupo llamado Tlholego se reunió para construir un nuevo tipo de poblado. Se diseñaron casas construidas enteramente con materiales locales como tierra, adobe y paja. Utilizando adobe y cimientos de piedra, se diseñaron y construyeron casas saludables y atractivas a un costo mínimo (un poco más de 1.000 dólares por casa).

Además de ser cómodas, las casas se diseñaron para aprovechar al máximo las condiciones locales. Tenían electricidad, tanques para recolectar el agua de lluvia, jardines que se regaban con agua usada de la cocina y el baño, sanitarios composteros, agua calentada por el sol y ventanas con malla milimétrica para mantener los zancudos fuera. Gracias a la orientación de las ventanas hacia el sol, a los árboles sembrados alrededor (que daban sombra) y a las paredes de adobe sólidas, las casas estaban protegidas contra el sol y el frío extremos. Tlholego enseñó a la gente cómo construir las casas. Esto sirvió para reducir los costos de construcción y hacer que cada familia tuviera una casa en la cual se sintiera orgullosa de vivir.

Las casas estaban planificadas y construidas alrededor de espacios comunes como caminos, jardines y edificios públicos. De esta manera, la casa de cada familia era a la vez parte de una comunidad más grande. Tlholego organizó un programa de educación y capacitación para adultos, y una escuela donde los niños podían aprender lectura, matemáticas, agricultura, salud y temas medioambientales.

Una comunidad vista desde arriba.

Tlholego es un “eco-poblado”, un poblado construido en armonía con el medio ambiente y las necesidades de los residentes. En vez de construir casas baratas para gente pobre, Tlholego construyó una comunidad. Por su éxito, Tlholego demostró que era posible que aquellos que antes estaban obligados a vivir en la pobreza se valieran de sus propios recursos para construir casas y una comunidad rica en dignidad.