Hesperian Health Guides

Los desechos que no desaparecen

En este capítulo:

Los desechos son un problema casi en todas partes porque producimos muchos. Además, como resulta evidente si observamos nuestro entorno, los desechos de plástico, vidrio y metal no desaparecen.

Antiguamente los alimentos y otros productos se empacaban en materiales naturales o reutilizables, tales como hojas de plátano o papel periódico. Los envases y otros objetos utilitarios se hacían de arcilla, madera u otros materiales extraídos directamente de la tierra.

Cuando se descartaban, estos materiales no se convertían en basura porque rápidamente se descomponían y regresaban a la tierra. En la actualidad la industria utiliza plásticos, metales y sustancias químicas, y la mayoría de productos manufacturados se convierten en basura cuando los terminamos de utilizar. Todo, desde botellas, cubetas y bolsas hasta carros y computadoras se fabrica con materiales que si bien son fuertes y livianos, también tardan mucho en descomponerse. Los productos empaquetados en latas, botellas y bolsas de plástico son fáciles de transportar y vender pero también producen más desechos.

El ciclo de vida de las bolsas de plástico

Antes la gente utilizaba canastas y bolsas de tela para llevar las cosas. Ahora utilizamos bolsas de plástico, que se han convertido en uno de los productos plásticos más comunes. Cada año se fabrican y desechan millones de bolsas.

Flechas van de un tanque de aceite y una plataforma de perforación, a una refinería, a una mujer cargando una bolsa de plástico, y un perro en un montón de basura.

El petróleo crudo se extrae de la tierra o del fondo del océano.
El petróleo crudo se refina y mezcla con otras sustancias químicas para producir plástico. El plástico bruto luego se convierte en diversos productos, incluidas las bolsas de plástico.
El petróleo era económico y el plástico es conveniente, y por esto las bolsas de plástico se utilizan hoy en día en todo el mundo. Con frecuencia sólo se utilizan por unos minutos antes de arrojarlas a la basura.
Las bolsas de plástico terminan en la calle, los campos y los basurales. Taponan los acueductos, ríos y alcantarillas y atoran a los animales. Cuando se queman, liberan gases tóxicos, y el viento las arrastra a grandes distancias. Cuando se entierran nadie sabe cuánto tardarán en descomponerse por completo.