Hesperian Health Guides

Siembra de árboles

En este capítulo:

Bajo condiciones adecuadas, sembrar árboles sirve para restaurar las tierras dañadas y obtener leña, madera, medicinas y alimento para la gente y para los animales. Si sembramos árboles podemos hacer que la tierra árida y pobre vuelva a ser fértil. Sin embargo, los árboles que se siembran en condiciones difíciles necesitan mucho cuidado para crecer bien. Sembrar árboles trae muchos beneficios, pero no siempre es algo bueno en todas partes o en todas las comunidades (vea una actividad para decidir si conviene o no sembrar árboles).

Un árbol alto al lado de dos brotes.

Los árboles se pueden sembrar de diversas maneras:

El método que escoja depende del tipo de árboles que se desea sembrar, y de las semillas o gajos disponibles.

Selección de semillas o gajos

Mucha gente tiene dichos como “de tal palo tal astilla” para dar a entender que el niño se parece al padre. Por ejemplo, si los padres son altos, es probable que el hijo también lo sea. Un brote, cuyo “padre” tiene un tronco recto, adecuado para madera, o que produce medicinas, probablamente tendrá esas mismas características. Por esto, es importante recolectar las semillas o gajos de árboles “padre” que sean sanos y tengan las características que uno quiere. Si no logra recolectar las semillas en el lugar donde usted reside, quizá pueda conseguirlas a través de un intermediario, o de un vivero o jardín en el pueblo vecino.

Preparación de semillas para sembrar

Algunas semillas, generalmente aquellas con cáscara blanda y que no son pastosas o jugosas, deben sembrarse lo antes posible, después de recogerlas. Otras deben almacenarse muchos meses antes de sembrarlas (vea "Cómo almacenar las semillas").

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La mayor parte de las semillas necesitan agua para germinar. Si la semilla tiene una cáscara gruesa y dura, quizá sea necesario ablandarla o cortarla para que el agua pueda penetrar en ella. Algunas semillas necesitan más tratamiento que otras antes de sembrarlas.

  • Si la cáscara no es muy dura (puede morderla o romperla con la uña) y tampoco es muy gruesa (no más gruesa que la tapa de éste libro), siembre la semilla directamente en el suelo húmedo.
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  • Si la cáscara es dura pero delgada, envuelva las semillas en un trozo de tela. Remójelas 1 minuto en agua muy caliente, que no se pueda tocar, pero que no hierva (80°C). Sáquelas del agua caliente y rápidamente remójelas en agua fresca durante toda la noche. Siémbrelas al día siguiente.
  • Otra forma de tratar las cáscaras de semilla muy duras pero delgadas es remojarlas en agua fría todo 1 día y luego cubrirlas con una tela húmeda otras 24 horas.
    Repita este procedimiento durante 6 días y siembre la semilla el séptimo día.
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  • Si la cáscara es dura y gruesa, raspe las semillas con una piedra áspera o con lija hasta que aparezca la parte interior blanda de la semilla. Tenga cuidado de no raspar demasiado profundo y dañar la semilla.

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  • Si la cáscara de la semilla es suave pero gruesa, corte una tira delgada de la cáscara, teniendo cuidado de no cortar la parte blanda (¡ni la mano!).
  • Para algunas semillas con cáscara dura es mejor tratarlas remojándolas toda la noche en agua mezclada con estiércol de vaca, y luego dejando que se sequen al sol durante 1 día. Repita este proceso durante 3 ó 4 días. Las buenas semillas germinarán y estarán listas para ser sembradas. Las semillas que no brotan pueden descartarse.

Algunas semillas necesitan de un tratamiento más complicado, tales como calentarlas a fuego lento, congelarlas, o hacer que las coman y las eliminen los animales. Hay que experimentar para averiguar lo más conveniente; después de varios ensayos uno se vuelve experto en hacer germinar las semillas de los árboles.

Preparación de gajos

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Siembre los gajos en éste ángulo
3 o 4 nudos bajo tierra
Las raíces crecen a partir de los nudos, bajo tierra

Algunos árboles crecen mejor con tan sólo poner un gajo en el suelo y echarle agua hasta que desarrollen las raíces y hojas. Los árboles que crecen de gajos generalmente producen frutos o semillas más rápido que los árboles que crecen de semillas.

Algunos gajos pueden sembrarse directamente en el suelo donde uno quiere que se desarrolle el árbol. Otros deben sembrarse en un vivero hasta que les hayan salido muchas hojas, tengan raíces y puedan sobrevivir por sí mismos.

Corte gajos en la mitad de una rama donde la madera no se doble demasiado pero que tampoco sea muy rígida. Seleccione un pedazo de 6 a 10 “nudos” (protuberancias de la rama donde crece la hoja o donde debería crecer). Suavemente quite las hojas, teniendo cuidado de no dañar los nudos. Corte la rama en ángulo no recto, para hacer que las raíces se formen adecuadamente.

Ya sea que los gajos se planten en un vivero o directamente en el suelo, asegúrese de que tengan bastante agua y de que estén protegidos de las plagas hasta que las raíces hayan crecido lo suficiente para captar agua por sí mismas.

Transplantar los brotes silvestres

Una mujer se arrodilla para desenterrar un brote.
Recolección de brotes
en el bosque para transplantarlos

Otra forma de crear un bosque es sacar los brotes de las semillas que están bajo tierra y volverlos a sembrar en el lugar que se escoja. Encuentre árboles sanos y escoja los brotes que estén creciendo cerca o debajo de ellos.

Extraiga cuidadosamente los brotes pequeños para no dañar la raíz principal. Si se daña esta raíz, el árbol no crecerá bien. Escarbe circularmente alrededor del retoño hasta una profundidad donde crea que se encuentra la raíz principal. Saque el retoño con las manos o con una herramienta, sin sacudir mucho la tierra unida a las raíces.

Mantenga la tierra húmeda alrededor de las raíces de los brotes del árbol hasta sembrarlos. Continúe regando hasta que las raíces se hayan desarrollado en el nuevo lugar y puedan encontrar agua por sí mismas.

Cultivo de árboles en viveros

Los viveros de árboles son una buena forma de dar un sano comienzo a los árboles antes de transplantarlos a otros lugares. Pero crear y mantener un vivero puede dar mucho trabajo. Vale la pena tener un vivero si:

  • Las semillas o los cortes del árbol que se quiere sembrar son escasos.
  • Las plagas pueden dañar a los árboles jóvenes si no se los protege.
  • La gente tiene suficiente tiempo para cuidar del vivero.

Sembrar árboles directamente es más fácil que cultivarlos en un vivero para luego trasplantarlos. Sin embargo, muchos más brotes mueren cuando se usa el método directo que cuando se hacen desarrollar primero en el vivero.

Cuándo sembrar árboles

La época del año en que se siembre dependerá del lapso de tiempo que los árboles deben permanecer en el vivero. Si en su localidad hay una estación seca y una húmeda, siembre justo cuando comienza la estación húmeda, de modo que no tenga que regar mucho. La mayoría de los árboles requieren de 3 a 4 meses en el vivero antes de desarrollarse lo suficiente como para sembrarlos fuera.

Dónde ubicar un vivero de árboles

Un vivero debe estar ubicado en un lugar accesible y estar disponible durante el periodo en que los brotes estén creciendo y siendo trasplantados. También debe estar accesible para las personas que trabajan allí.
Cada vivero debe contar con lo siguiente:

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Una fuente de agua, y donde almacenarla
Un lugar seguro para guardar las herramientas
Un lugar donde se pueda mezclar la tierra y llenar los maceteros
Cubierta para proteger del exceso de sol, lluvia y viento
Una cerca para evitar que entren animales y vándalos
Espacio para los brotes
Iguale el suelo o construya terrazas si se encuentra en una pendiente

Desarrollo de los brotes en maceteros

Cultivar brotes en recipientes facilita el transporte y la siembra. Los recipientes deben ser suficientemente anchos y profundos como para que los brotes desarrollen una bola de raíces y tierra (cepellón), pero no tan grandes que resulten pesados o absorban más agua de la que el árbol necesita.

Cuanto más tiempo sea necesario que el brote permanezca en el vivero, más grande tendrá que ser el recipiente. Un buen tamaño para la mayoría de los árboles es más o menos 15 cm de ancho en la boca por 23 cm de profundidad. Deben ser bastante sólidos para mantenerse firmes cuando se los llene con tierra, y deben tener huecos para que salga el exceso de agua.

Brotes en diferentes tipos de recipientes.
Los recipientes que se pueden pudrir (periódicos, hojas, cartones) pueden sembrarse directamente en el suelo, junto con los brotes. Los recipientes de plástico, vidrio o madera deben sacarse antes de sembrar y se los puede volver a usar varias veces.
Los brotes deben estar protegidos de mucho sol. Algunos crecen mejor en la sombra cuando el día es muy caliente.

Tierra para sembrar

La tierra para sembrar debe ser suelta, de modo que las raíces de los árboles jóvenes no se pudran. La tierra debe ser rica en nutrientes de modo que el árbol crezca bien. La tierra de las selvas o de las curvas de ríos o arroyos es muy buena para los árboles jóvenes.

Con una pala, un hombre hecha tierra a una pantalla de red.
2 partes de arena del río
1 parte de tierra rica y negra o composta
2 partes de tierra corriente'
La tierra de siembra se cierne.


Cómo sembrar semillas o gajos en maceteros

  1. Riegue la tierra que utilizará un día antes, de modo que esté húmeda pero no mojada. Prepare las semillas antes de sembrarlas, pero no con mucha anticipación porque pueden comenzar a germinar o pudrirse. Llene los maceteros con tierra.
  2. Un recipiente para regar gotea a un recipiente.

  3. Para sembrar semillas muy pequeñas, rasque la superficie de la tierra, esparza 5 ó 10 semillas, y cúbralas ligeramente con tierra, rascando el suelo otra vez, con una rasqueta o un palo.
    Para sembrar semillas grandes, haga un hoyo en el centro de la tierra aproximadamente 2 a 3 veces más profundo que el ancho de la semilla. Si lo desea puede sembrar más de una semilla en cada recipiente. Cubra las semillas con tierra y presione ligeramente. Presionando la tierra se eliminan los bolsones de aire donde podrían crecer hongos.
  4. Riegue el recipiente después de sembrar. Si las semillas son muy pequeñas, tiene que tener cuidado para que no se escurran con el agua.
  5. Cuando las semillas han hecho brotar 1 ó 2 hojas, escoja el brote que parezca más fuerte y corte los demás, dejando un solo brote en cada recipiente. Si corta los brotes que no se desean, en lugar de arrancarlos, evitará dañar las raíces que se dejan.


Riego de los brotes

El riego de los brotes es una de las actividades más importantes en el mantenimiento del vivero. Riegue sus árboles de manera delicada de modo que el rociado caiga como si fuera lluvia y no como un chorro de grifo, lo que podría arrastrar la tierra y descubrir las raíces.

La cantidad de agua que los brotes necesiten depende de cuán profundas se han desarrollado las raíces. Riegue los brotes tan pronto como sus hojas comiencen a inclinarse. Pero es mejor no esperar a que esto ocurra porque significa demasiado esfuerzo para la planta.

Hasta que los brotes tengan 2 ó 3 hojas, riegue cada vez que la superficie de la tierra se seque.

Luego, hasta que tengan 5 ó 6 hojas, riegue cuando la tierra se seque a una profundidad igual a la uña del dedo pulgar.

Ilustración de lo siguiente: Un brote caído y un brote enderezado.
Este árbol necesita agua.
Este árbol tiene suficiente agua.

Luego, hasta que las raíces empujen la base del recipiente, riegue cuando la tierra esté seca hasta la primera articulación del pulgar.

Quitar las yerbas y fertilizar

Las yerbas compiten por la luz, agua y nutrientes de la tierra con los brotes. Unas cuantas yerbas en el recipiente no harán mayor daño, pero si hay muchas, córtelas desde la base, no remueva la tierra.

Si la tierra es fértil, los brotes absorberán lo que necesitan. Si se necesita fertilizante, aplique un fertilizante natural de estiércol, composta u orina.

Trasplante de los brotes

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Distancia entre árboles
Distancia entre árboles
Distancia entre árboles
Sembrando en forma triangular se logra sembrar muchos árboles en un área pequeña.

Cuando las raíces de los brotes comienzan a empujar la base del recipiente (generalmente 3 a 4 meses después de sembrar) es hora de trasplantarlos. Si no puede sembrar en ese momento, pode las raíces una vez por semana. Esto permite que el árbol forme una bola de raíces en el recipiente y evita que eche raíces en el suelo.

Un mes antes de sembrar, gradualmente retire la sombra que cae sobre los brotes hasta que reciban la misma cantidad de sol que habrá en el lugar donde los sembrará.

El día antes de sembrar riegue los brotes de manera que el recipiente esté húmedo. Llévelos con cuidado, asegurándose de no dañar las raíces. Marque el sitio donde quiere sembrar cada brote. La distancia entre árboles depende del tipo de árbol que se quiera sembrar y la razón para hacerlo. Como regla general, siembre árboles de modo que sus ramas apenas se toquen cuando estén completamente desarrollados.

Limpie el arbusto alrededor del sitio de siembra, 1 metro a la redonda, para evitar que dé sombra a los brotes o compita por el agua. Hágalo siempre bien temprano, o al atardecer cuando ha refrescado para proteger del sol a los árboles. Evite dañar las raíces o hacer que éstas se sequen al momento de sembrar.

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Excave hoyos cuadrados 1½ veces más profundos que el recipiente. Los hoyos redondos impiden a las raíces extenderse por el suelo.
Llene el hoyo con tierra de modo que la base del tronco quede al mismo nivel que el suelo después de rellenar el hoyo. Quizás convenga añadir unos cuantos puñados de composta o tierra negra y rica para ayudar a que el árbol comience a surgir. Después de sembrar riegue la tierra alrededor del brote hasta que quede empapada.


Trasplante de árboles a lugares difíciles

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Excave un círculo de 1 metro de diámetro, formando una terraza plana donde se sembrará el árbol.
Construya una pequeña barrera para evitar que la terraza se deslice.
En lugares secos,
haga pequeños hoyos alrededor delos árboles para captar agua.
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En las laderas haga unos surcos de tierra, en forma de V, hacia abajo, para retener el agua de lluvia. En laderas muy inclinadas, haga una pequeña terraza para cada árbol.

Cuidado de los árboles jóvenes

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Construya un cerco para proteger a los árboles jóvenes.

Un árbol necesita protección durante su primer año de desarrollo. Muchos proyectos de siembra de árboles fracasan porque nadie cuida de los árboles jóvenes.

Si el clima es caliente y seco, los brotes deben regarse al comienzo una vez al día, y luego cada 2 ó 3 días. Después de algunas semanas lo más probable es que las raíces del árbol encuentren el agua que necesitan. Sin embargo, si el clima sigue caliente y seco, riegue cuando sea necesario.

Corte las yerbas malas hasta que la planta crezca por encima de ella. Si existe el riesgo de que los animales o los niños los maltraten, construya cercas alrededor de los árboles.

Si un árbol no está creciendo bien, o si las hojas están amarillas, o no se ven bien, es posible que se necesite rociar un fertilizante natural en un círculo de la extensión de las ramas del árbol.