Hesperian Health Guides

Transporte seguro del agua

En este capítulo:

Se debe tener cuidado para mantener el agua protegida y sin contaminantes mientras se transporta desde su fuente hasta el lugar donde la gente la necesita. Acarrear agua es uno de los trabajos más pesados en cualquier comunidad y a menudo son las mujeres y las niñas quienes lo hacen. Transportar pesadas cargas de agua sobre la espalda o con una cinta en la cabeza puede causar frecuentes dolores de cabeza y espalda, y deformaciones de la columna. Las mujeres embarazadas pueden incluso perder sus bebés a causa del esfuerzo.

Los proyectos para mejorar el abastecimiento de agua pueden reducir esta carga. Bajo ciertas circunstancias será posible facilitar el transporte del agua con unos cambios muy sencillos. Se pueden construir sistemas de distribución de agua para que no sea necesario transportarla a grandes distancias, o se pueden construir las casas más cerca de la fuente de agua. La salud de la comunidad mejoraría si los hombres comprendieran la importancia de esta tarea para la vida familiar y compartieran el trabajo de recoger y transportar el agua.

Agua entubada

Los sistemas entubados para transportar agua presentan muchas ventajas. Al entubar el agua se reduce el riesgo de contaminación y se crean menos criaderos de zancudos y caracoles. Sin embargo, cuando un sistema de agua entubada se construye mal y no se utiliza eficientemente, el agua podría contaminarse mucho más que cuando no había sistema alguno. Un sistema de agua entubada debe planearse cuidadosamente, tomando en cuenta la cantidad de agua que se necesita, la cantidad disponible y la cantidad que se necesitará en el futuro tomando en cuenta el crecimiento de la comunidad.

Una mujer apunta a agua saliendo del suelo cerca de un hombre sosteniendo un pico.
En cualquier sistema de agua entubada es muy importante asegurarse de que haya alguien responsable de reparar los daños causados a las tuberías.

Se puede entubar el agua de casi cualquier fuente, pero los manantiales y represas son las más comunes. La fuente menos costosa es la que se encuentra cuesta arriba de la comunidad, de tal forma que el agua fluya hacia abajo por gravedad, conduciendo el agua a un gran tanque de almacenamiento. Se puede aplicar cloro al tanque o poner un filtro para purificar el agua. El agua se entuba desde el tanque de almacenamiento hasta la toma de agua domiciliaria o los grifos públicos de distribución alrededor de la comunidad.

Un sistema de agua entubada necesita un mantenimiento continuo. Si se lleva un registro de dónde se instalan los tubos, podrán evitarse accidentes y se facilitará la búsqueda y reparación de tubos rotos. Las fugas pueden desperdiciar mucha agua, hacer que ésta se contamine con aguas negras u otro tipo de contaminación del suelo, y crear pozos donde se multiplican los zancudos y caracoles. Si los tubos se reparan con yute, cáñamo, algodón o cuero, los microbios pueden crecer en este material y contaminar el agua.

Hombres y mujeres hablan del agua
dos mujeres lavan ropa cerca de un lavadero mientras otra mujer llena una cubeta de un grifo y un niño hecha agua sobre otro niño.

Cuando el comité de agua de un pequeño poblado mexicano planificaba entubar agua de un manantial grande hasta el pueblo, decidió que tenía dinero suficiente para instalar una toma de agua compartida por cada 2 casas. En la asamblea del pueblo, los hombres del comité de agua anunciaron que las tomas se usarían para suministrar agua para beber y cocinar. Sería bueno para el pueblo, dijeron, porque ahora las mujeres no pasarían todo el día acarreando agua del río e hirviéndola para hacerla potable.

Una mujer en la asamblea se puso de pie y preguntó: “¿Y qué hacemos para lavar la ropa?”. Uno de los hombres del comité dijo: “Pueden seguir lavando la ropa en el río como siempre lo han hecho”. Otra mujer se levantó y preguntó: “¿Y dónde vamos a bañar a los niños?”. El hombre dijo: “Pueden seguir bañando a sus hijos en el río como siempre lo han hecho”. Nuevamente se levantó una mujer y preguntó: “¿Y qué hacemos con nuestros huertos? Necesitamos agua para cultivar nuestras hortalizas”.

Las mujeres sintieron que sus opiniones no se habían tomado en cuenta. Dijeron que no había una sola mujer en el comité de agua, y por esto las necesidades de las mujeres no iban a ser atendidas. Las mujeres exigieron que las integraran al comité de agua para ayudar a trazar un nuevo plan. El cuerpo de la asamblea estuvo de acuerdo.

El nuevo comité de agua propuso un nuevo plan. En lugar de un grifo por cada 2 casas, instalarían un grifo y un lavadero por cada 6 casas. Aunque tendrían que caminar para recolectar agua, también podrían lavar ropa, bañar a sus hijos y limpiar el maíz ahí mismo, en el pueblo. El grifo se usaría para distribuir agua potable y el lavadero para todo lo demás. Esto ayudaría a mantener la pureza del agua potable, y permitiría aprovechar el agua jabonosa del lavadero para regar las hortalizas.

El plan también tuvo aceptación entre los hombres porque les daría un lugar para lavar sus herramientas todos los días, al regresar de sus milpas. De esta manera, los habitantes del pueblo satisficieron muchas de sus necesidades al mismo tiempo.