Hesperian Health Guides

Las mujeres se movilizan para satisfacer sus necesidades de salud

En este capítulo:


Kamila, Ayesha y Lila son mamás que viven en un barrio de Ahmedabad, India. Ellas mantienen a sus familias con el dinero que ganan por hacer trabajo por contrato. Trabajan desde su domicilio, no tienen un jefe fijo y tienen que comprar sus propios materiales. Un día cuando cocinaban juntas se dieron cuenta de lo agotadas y adoloridas que estaban por sus labores. Ayesha, que cosía ropa, tenía dolor de espalda constante, y Kamila y Lila tenían dificultades para respirar por enrollar varitas de incienso todo el día. Fueron juntas al centro de salud, pero el personal de salud no las ayudaron con sus problemas. Se sintieron desanimadas pero, con otras mujeres que hacían trabajo a destajo en sus hogares, descubrieron que ¡todas tenían problemas similares! Así que decidieron trabajar juntas y organizarse para mejorar su situación.


dos mujeres hablando mientras otra escucha.
Nuestros cuerpos son todo lo que tenemos. Necesitamos estar sanas para poder trabajar y cuidar a nuestras familias.
Necesitamos trabajar juntas para que podamos tener mejores herramientas y saber qué hacer para que nuestro trabajo no nos haga daño. Y también tenemos que lograr que los doctores atiendan mejor a las trabajadoras y nos den los servicios que necesitamos.


Las mujeres fueron al Ministerio de Trabajo pero nadie las quiso escuchar ahí tampoco. Entonces le pidieron ayuda a la organización de SEWA, la Asociación de Mujeres Trabajadoras Independientes, que está dirigida por mujeres trabajadoras y que lucha por sus derechos. Las organizadoras de SEWA les ayudaron a crear un plan de acción y a hacer una lista de demandas. Con las integrantes de SEWA a su lado, las mujeres se sintieron más seguras de volver al Ministerio de Trabajo. Frente a este grupo organizado de mujeres armadas con sus herramientas de trabajo, el Secretario de Trabajo se vio presionado a apoyar su lucha. Él las ayudó a organizar una conferencia sobre la salud laboral que reunió a líderes laborales y de salud pública. Las mujeres trabajadoras guiaron los diálogos y la conferencia ayudó a crear relaciones valiosas con profesionales y otros activistas, la mayoría de ellos hombres. Con sus consejos, diseñaron herramientas nuevas y más seguras para su trabajo, y otras maneras de mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras.

Con esta nueva información y el apoyo de sus nuevos aliados, las mujeres regresaron a su centro de salud y convencieron a las y los trabajadores de salud a que las ayudaran. Kamila, Ayesha y Lila llevaron al persona de salud a los domicilios de las trabajadoras a destajo para mostrarles lo dañino que era su trabajo. Después de ver las condiciones de trabajo de las mujeres, el equipo de salud aceptó ayudarlas a organizarse para mejorar las políticas de salud laboral y para mejorar los servicios en su propia clínica.

Habían logrado conseguir mejor atención de salud, pero se dieron cuenta que no podían pagar las medicinas que necesitaban. Con la ayuda de SEWA y el ejemplo de otros grupos, decidieron formar una cooperativa. Si todas las mujeres contribuían con una pequeña cantidad de sus ahorros, podrían fundar una cooperativa que ofrecería medicinas genéricas a bajo precio. Después de hacer un plan de acción, las mujeres llevaron sus propuestas al Registro de Cooperativas de su estado. Pero ¡el funcionario rechazó su propuesta!

el registrador hablando con un grupo de mujeres; una de ellas le contesta.
¿Qué tipo de cooperativa es esta? ¿Un montón de mujeres analfabetas?
Pues tenemos derechos y no nos vamos a dar por vencidas.


Aunque no pudieron registrarse como cooperativa, las mujeres continuaron lo que empezaron al escribir cartas y al hablar en público, y así se unieron más mujeres a su lucha. Como integrantes de SEWA, aprendieron sobre la nutrición, la salud reproductiva, la tuberculosis y otros problemas de salud. También tuvieron capacitaciones con botánicos para aprender a cultivar plantas medicinales que podían vender a bajo costo.

Después de 2 años, recibieron el permiso para establecer su cooperativa. Desde entonces, han recibido reconocimientos como cooperativa sobresaliente por su farmacia con precios populares. La cooperativa también produce y vende medicinas tradicionales y cuenta con un equipo que supervisa los servicios de salud para asegurarse de que satisfacen las necesidades de las mujeres y sus familias. Más de la mitad de las 1.400 integrantes son trabajadoras de salud, educadoras y parteras. Esta cooperativa creada y administrada por trabajadoras pobres, ha mejorado la salud de un gran número de familias en la comunidad y ha aumentado el poder económico y político de las mujeres.


Esta página se actualizó el 01 feb 2021