Hesperian Health Guides

Todas las mujeres tienen derecho a la salud

En este capítulo:

Que todas las mujeres tengan derecho a la salud significa, en parte, que todas tengan derecho a una buena atención de salud. La buena atención a la salud de las mujeres toma en cuenta las diferentes etapas de la vida, desde la adolescencia hasta la vejez. Esto significa atender todas sus necesidades, sea o no sexualmente activa, o planee o no tener bebés. Por muchos años la “atención de salud de las mujeres” solo incluía los servicios de salud materna, como el embarazo y el parto. Estos servicios son necesarios, pero solo tratan la maternidad, una pequeña parte de lo que abarca la salud de las mujeres.

El derecho a la salud va mucho más allá de tener una buena atención médica. También significa que las condiciones en las cuales viven y trabajan las mujeres (dentro y fuera del hogar) deben proteger su salud en vez de dañarla o ponerla en peligro. Tener acceso a una clínica que arregla huesos rotos no sirve si la mujer vive con alguien que la golpea todos los días. Saber sobre las infecciones de transmisión sexual es importante, pero no es muy útil si la mujer no puede tomar decisiones sobre su vida sexual. La medicina para el asma salva vidas, pero más gente respiraría mejor y estaría más saludable si a las fábricas no se les permitiera desechar venenos en nuestro aire y agua.

mujeres y niños sentados afuera de un grupo de chozas.

Existen muchos avances importantes en cuestión de medicinas y tratamientos, pero aún hay millones de personas que padecen de enfermedades prevenibles y curables. Esto se debe en parte a que las economías y las políticas públicas dan prioridad a las necesidades de quienes tienen el poder y el dinero. Las personas con menos poder y menos recursos pagan el precio, a menudo con su salud. La globalización corporativa ha causado una desigualdad extrema y ha dejado a millones de personas sin recursos para tener una vida saludable.

Las políticas económicas dirigidas por la gente que tiene más dinero y poder obligan a los gobiernos a recortar gastos en salud, educación y servicios sociales mientras que la mayoría de las personas en el mundo –quienes viven en la pobreza, y sin saneamiento, nutrición ni servicios médicos– necesita más, no menos, servicios. Las mujeres, a quienes a menudo se les niegan sus derechos básicos solo por ser mujeres, casi siempre son las más pobres, y su salud se ve cada vez más amenazada por estas políticas globales.

una multitud de hombres y mujeres marchando mientras sostienen carteles.
Las mujeres tenemos derecho a la salud
Mi cuerpo, mi decisión
¡Ni una menos!
Igualdad salaria
Vivas las queremox
Alcanzar el nivel más alto de salud y bienestar posible es un derecho humano fundamental, sin importar el color, origen étnico, género, edad, capacidades, orientación sexual o religión de la persona.

La información y las actividades en este libro pueden ayudarle a usted, a su familia y a su comunidad a mejorar la salud a nivel local y a enfrentar las fuerzas sociales que atentan contra el derecho a la salud de las mujeres. Usted puede usar este libro en su comunidad para desarrollar campañas y estrategias que desafíen y cambien estas condiciones. Usted se va a dar cuenta que no está sola, que usted es parte de un movimiento mundial más amplio que se preocupa por la salud de las mujeres y que promueve el derecho a la salud para todas y todos.

Tratar las causas de fondo

La buena salud es más que la ausencia de las enfermedades. Una buena salud significa el bienestar del cuerpo, la mente y el espíritu de la mujer. La salud de las mujeres no solo depende del estado de su cuerpo, sino también de las condiciones sociales, culturales y económicas en las que vive.

Para mejorar la salud de las mujeres es necesario abordar las causas de fondo, o las raíces, de la mala salud, que incluyen la pobreza, la desigualdad de género y otras formas de opresión. Aunque estos factores también afectan la salud de los hombres, a las mujeres en general se les trata diferente que a los hombres. Las mujeres normalmente tienen menos poder y una condición desigual en la familia y en la comunidad. La desigualdad básica significa que:

  • Más mujeres que hombres sufren por que se les limita o niega el acceso a recursos como dinero, alimentos, tierra y movilidad.
  • A más mujeres que a hombres se les niega la educación y los conocimientos que necesitan para poder ser independientes y protegerse.
  • Más mujeres que hombres carecen de acceso a información y a servicios importantes de salud.
  • Más mujeres que hombres carecen del poder y control sobre sus vidas y sobre las decisiones básicas de su propia salud.
  • Las mujeres pobres, las mujeres de piel más oscura, las mujeres migrantes y las mujeres indígenas enfrentan aún más dificultades.


Una visión más amplia le puede ayudar a reflexionar y trabajar para cambiar las “causas raíz” de la mala salud de las mujeres. Las causas raíz son los factores que influyen y afectan la salud de las mujeres. Quizás no sean visibles pero, al igual que las raíces de un árbol, son importantes para promover la vida y el bienestar.

un árbol que se ve malsano.

Igual que cuando a un árbol se le niega agua o tierra sana, las mujeres y las niñas que tienen menos poder y son tratadas de forma desigual en sus familias y comunidades no pueden llegar a ser saludables y fuertes.

La salud de las mujeres es un asunto comunitario

una mujer hablando.
Al escuchar las historias que comparten las mujeres, usted se dará cuenta de que los problemas de una mujer casi nunca son solo de ella. ¡La salud de las mujeres es un asunto comunitario!
un árbol demostrando las raíces de la salud de mujeres, como acceso a la educación y la igualdad de trato, y ramas etiquetadas con las maneras en las que la salud de mujeres beneficia a la comunidad.

Todos se benefician cuando abordamos las causas raíz de la mala salud de las mujeres: la mujer, su familia y la comunidad entera. Una mujer saludable tiene la oportunidad de alcanzar el tope de su capacidad, de decidir cómo vivir en sus propios términos y de trabajar por sus propias metas. Ella puede contribuir a su comunidad como elija hacerlo y puede obtener acceso a los recursos que necesita para formar una familia saludable, si así lo desea. Asegurar estos derechos para cada mujer es importante, pero hay además otro gran beneficio para quienes la rodean. Cuando dejamos de tratar a las mujeres como personas de segunda clase, logramos como comunidad, recibir todo lo que ellas tienen que ofrecer: su inteligencia, creatividad y participación en el avance de la comunidad.

Este libro le ayudará a encontrar maneras más amplias, incluyentes y realistas para mejorar la salud de las mujeres y de la comunidad entera. Sus esfuerzos por cambiar las condiciones que privan de buena salud a las mujeres, ayudarán a reemplazar las raíces del problema con raíces que nutren la buena salud de las mujeres.



Esta página se actualizó el 01 feb 2021