Hesperian Health Guides

Cuando se entera de que su niño no puede ver bien

En este capítulo:

Los padres y el resto de la familia de un niño pueden sentirse muy perturbados al enterarse de que él está ciego o no ve bien. Es normal sentirse mal al enterarse de la discapacidad de su niño y también es normal sentir diferentes emociones durante los siguientes meses. Usted y su familia podrían...

  • preocuparse sobre qué hacer
Una mujer piensa.
No sé nada acerca de la ceguera. ¿Qué puedo hacer por mi niño?
  • negarse a creer que su niño nunca podrá ver tan bien como los demás niños
  • tener miedo de lo que significa estar ciego y del futuro
Un hombre piensa.
Si pudiera
encontrar el tratamiento adecuado, tal vez mi niño podría ver
otra vez.
Otro hombre piensa.
¿Qué le pasará a mi niña? ¿Cómo irá a casarse o a ganarse la vida?
  • sentirse culpables de lo que quizás hayan hecho para causar la ceguera
  • sentirse tristes o inútiles, o no sentir nada (depresión)
Una mujer piensa.
Si hubiera
trabajado menos durante mi embarazo, esto nunca hubiera pasado.
Otra mujer piensa.
Me siento tan descorazonada...
  • tener coraje por lo que les ha sucedido
  • sentirse solos
Otra mujer piensa.
No es justo que esto le haya pasado a mi familia.
Un hombre piensa.
Nadie más entiende cómo me siento. Nadie puede ayudarme.
Una mujer carga a un bebé mientras piensa.
¿Qué irán a pensar nuestros vecinos?
  • sentirse avergonzados de que su niño tenga una discapacidad
Una mujer que está parada cerca de su esposo piensa.
Tuli está enojado porque esto pasó, pero yo me siento triste todo el tiempo.



Quizás para usted sea un consuelo saber que estas emociones fuertes pueden ayudarle a lidiar con la situación y, al mismo tiempo, pueden ayudarle a comenzar a tomar medidas para ayudar a su niño. Por ejemplo, el negarse a aceptar la situación puede evitar que se sienta agobiado por los cambios que han ocurrido en su vida. Algunos padres dicen que la ira o la frustración les ha dado energía para ayudar a su niño y para ayudar a otras familias con niños discapacitados.

Usted, su pareja y su familia probablemente sentirán algunas de estas emociones y reaccionarán a ellas de diferentes maneras. Lo mejor es no juzgar a nadie, sino dejar que cada quien sienta sus emociones a su manera.

Una mujer piensa mientras mira a su hija jugando con su hermano mayor muy feliz.
¡Cómo le encanta a Abel jugar con su hermanita Delfinia! ¿Cómo pude haber pensado que ella sería una carga para nuestra familia?

Estas emociones se irán volviendo menos fuertes poco a poco. Con el tiempo, ustedes se irán dando cuenta de que su niño necesita amor, cariño, disciplina y enseñanza como cualquier otro niño. Y, como todos los niños, él les dará mucho apoyo, placer y alegría. El hecho de que no pueda ver bien se volverá menos importante.

Un hombre piensa mientras mira a su hija ciega caminando a la escuela.
¿Qué va a pasar si la dejan atrás los otros niños?



Es probable que usted y su familia vuelvan a sentir muchas de estas emociones en los momentos importantes de la vida de su niño, como por ejemplo, cuando él empiece a ir a la escuela. Eso no quiere decir que algo ande mal. Simplemente indica que ustedes están atravesando por otra etapa en que se están adaptando a su niño y a su discapacidad. Generalmente, las emociones serán menos fuertes que la primera vez.