Hesperian Health Guides

Para los niños sordos, aprender a convivir es más difícil

En este capítulo:

Una mujer acompañada por su hija habla con una vendedora en un mercado.
¡Rani! ¡Devuelve ese plátano, que no es tuyo!
Ay, no se preocupe. Se lo regalo.
No, ella ya debería saber que eso no se hace.
Rani quiere un plátano, pero no entiende que su mamá debe pagarlo primero.

Los niños oyentes aprenden muchas cosas acerca del mundo al escuchar lo que sucede a su alrededor. Nadie les enseña directamente muchas de las habilidades que necesitan para convivir bien. La mayoría de esas habilidades las aprenden cuando escuchan a otras personas hablar entre sí. Los niños que no oyen no captan mucha de esa información.

En comparación con los demás niños y niñas, a una niña que no oye bien le cuesta más trabajo aprender cómo portarse con la gente. Ella no entiende el comportamiento que ve ni las razones de ese comportamiento.

Ese problema es más frecuente cuando una niña sorda y sus padres no se pueden comunicar bien. Si ella se porta mal, podría ser difícil explicarle cómo debería portarse. Tal vez ella se frustre y se porte mal con más frecuencia. Si una niña casi siempre se porta mal, es más probable que la gente la deje sola.

Una niña sorda necesita más ayuda para aprender a comunicarse, a cooperar con los demás y a controlar su propio comportamiento.