Hesperian Health Guides

Planificación familiar que sirve a la comunidad

En este capítulo:

Los hombres también deben hacerse responsables de la planificación familiar

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Es más fácil usar la planificación familiar con éxito cuando el hombre y la mujer deciden juntos que quieren usarla. Como los hombres no se embarazan, no siempre cargan con la responsabilidad del embarazo y de la planificación familiar de la misma forma que las mujeres. Muchos hombres opinan que la planificación familiar es un problema de la mujer.

Algunos hombres no quieren que sus compañeras usen planificación familiar. Tal vez quieran tener muchos hijos o quizás piensen que la planificación familiar es inmoral. O tal vez opinen que la planificación familiar es cara o inconveniente, o no tiene beneficios.

Cuando los hombres apoyan el derecho de la mujer de decidir si quiere tener hijos y cuándo tenerlos, las mujeres pueden optar por usar planificación familiar, si eso es lo que desean. Entonces, tanto el hombre como la mujer podrán tener relaciones sexuales con menos preocupación si no quieren tener un hijo.

Como partera, quizás usted pueda ayudar a convencer a los hombres a asumir más responsabilidad por la planificación familiar. El número de hijos que haya en la familia afectará la salud y el bienestar de todos los miembros de la familia. Anime a los hombres a:

  • usar condones.
  • ayudar a sus compañeras a usar el método de planificación familiar que ellas escojan.
  • conversar con otros hombres sobre la importancia de la planificación familiar.

Los programas de planificación familiar que sí funcionan

Las parteras ayudan a hombres y a mujeres a tomar decisiones acerca de la planificación familiar. Al hacer ese trabajo, quizás se den cuenta de que los métodos de planificación familiar no son fáciles de conseguir en su comunidad. Entonces, tal vez puedan ayudar a que los programas de planificación familiar funcionen mejor.

Para que un programa de planificación familiar sirva para mejorar la salud de la mujer, aumentar sus conocimientos y darle más control sobre su cuerpo, ese programa debe:

  • ofrecer una gran variedad de métodos, tanto para el hombre como para la mujer, con información clara acerca de las ventajas y desventajas de cada uno.
  • ofrecer exámenes confiables que detectan problemas de salud—como por ejemplo, presión alta—que indiquen que una mujer no debe usar ciertos métodos. Debe ofrecer además atención continua para verificar que el método no le cause problemas a la mujer y para ayudarle a probar otro método cuando sea necesario.
  • ofrecer servicios médicos que incluyen la planificación familiar junto con la atención del embarazo y parto, apoyo para el amamantamiento, tratamiento para la infertilidad, y prevención y tratamiento de las infecciones de transmisión sexual.
  • animar a los hombres y a las mujeres a compartir la responsabilidad de planificar la familia.
dibujo animado  de un trabajador de la salud con cuerdas de marionetas  teniendo por un hombre vistiendose en un traje etiquetado  “de la USAID, los financiadores, las compañias farmacéuticas, los gobiernos.”
Los trabajadores de salud no deben sentirse obligados a ofrecerles a las mujeres ciertos métodos en particular.
  • respetar a los trabajadores de salud de la zona y las prácticas tradicionales que no sean dañinas, incluso los métodos tradicionales para controlar la regla y para planificar la familia. Muchas parteras logran buenos resultados cuando combinan métodos tradicionales con métodos modernos.
  • dejar que la gente tome sus propias decisiones sin presiones. Nadie debe forzar a la mujer a usar la planificación familiar o un método contra su voluntad. Eso sucede en los programas que limitan la variedad de métodos que se ofrecen o se fijan metas (la entrega de un método en particular a un número determinado de personas) así que los trabajadores de salud obligan a la gente a aceptar dicho método contra su voluntad o sin darles información completa. Esos problemas son comunes en los programas de planificación familiar que reciben fondos de organizaciones grandes que no pertenecen a la comunidad, tales como los donantes internacionales y los gobiernos nacionales.