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Capítulo 1: ¿Cómo puedo ayudar a mi niña?

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En este capítulo:


Las historias de Kamala and Rani

Kamala
Kamala y sus padres, Suma y Anil, viven en un pueblito en el sur de la India. Cuando Kamala era muy pequeña, sus padres se dieron cuenta de que

ella nunca trataba de agarrar los juguetes que le enseñaban. Así que la llevaron al doctor de un pueblo cercano para ver qué estaba pasando.

Tres mujeres rodean a Suma para consolarla.
Suma, llevas meses llorando.
Sí, Kamala es ciega, pero tus otros hijos ven bien.
Mejor piensa en otras cosas.

El doctor les dijo que Kamala estaba casi ciega. Podía ver algunos movimientos y diferenciar entre la luz y la oscuridad, pero nada más. —Su vista no va a mejorar— dijo el doctor.


Suma y Anil regresaron a su casa sintiéndose muy tristes. “¿Cómo pudo pasarnos algo así?” pensó Suma. “Ella es una niña tan buena.” Por mucho tiempo, Suma estuvo muy triste, pero ella y Anil cuidaron a Kamala lo mejor que pudieron.


Como Anil no ganaba lo suficiente para alimentar a toda la familia, Suma y sus dos hijas mayores hacían ropa para vender en el mercado. Como la familia tenía tanto trabajo, nadie tenía mucho tiempo para jugar con Kamala. Por eso, ella se pasaba casi todo el día sentada muy quieta en un rincón. A veces Suma se preocupaba porque Kamala casi no se movía ni hacía sonidos. Al mismo tiempo, para ella era un alivio que Kamala parecía complacerse con tan sólo estar cerca de ellos.


Cuando Kamala cumplió 3 años, apenas sabía unas cuantas palabras. La mayor parte del tiempo parecía estar perdida en su propio mundo, haciendo movimientos extraños, como picarse los ojos con los dedos o sacudir las manos. No podía vestirse ni comer sola. Para Suma era más rápido hacerle todo.

Suma piensa mientras su hija Kamala se frota los ojos en un rincón.
Es una niña tan buena. Casi nunca llora.

Como Kamala no jugaba como los otros niños de su edad y no había aprendido a cuidarse solita, sus brazos y sus piernas nunca se fortalecieron. Cuando otros niños de su edad estaban aprendiendo a pararse y a caminar, las piernas de Kamala estaban tan débiles que no podían sostenerla.

Cuando Kamala tuvo la edad suficiente para ir a la escuela, sus padres la llevaron. Pero Kamala se sintió muy asustada porque nunca había estado fuera de casa. Día tras día, Kamala se sentaba en su aula y lloraba. Si la maestra le hablaba, ella no contestaba. Finalmente, Suma y Anil decidieron que no tenía caso llevar a Kamala a la escuela. Sin embargo, se preocupaban por su futuro: —Si no recibe una educación, ¿cómo va a sobrevivir? ¿Quién va a cuidarla cuando nosotros ya no estemos?

Banu habla a Aruna y Jeván.
Yo puedo ayudar a Rani a aprender a hacer muchas cosas, porque sé lo que es estar ciega. Quizás la trabajadora de salud también pueda darme algunas ideas.

Rani
Rani es una niña ciega que nació en otro pueblito de la India. Cuando Rani era bebé, sus padres, Jeván y Aruna, se enteraron de que ella estaba ciega. Desde entonces, la abuela de Rani, Banu dijo: — Debemos hacer todo lo posible para enseñarle muchas cosas a esta niña. Mírenme a mí. Perdí la vista desde hace 5 años y todavía puedo hacer la mayoría de las cosas que hacía antes. Todavía traigo agua del pozo y aún puedo ordeñar a las cabras.

—Pero tú podías hacer todas esas cosas desde antes de quedarte ciega— dijo Jeván.


—¿Cómo puede aprender una bebita ciega?


—Debemos ayudarle a aprender— contestó Banu. —Así como yo he aprendido a hacer cosas mediante el oído y el tacto, así aprenderá Rani.

La trabajadora de salud les sugirió que le dieran a Rani muchas cosas para jugar y que la animaran a usar el oído, el tacto y el olfato para compensar por lo que no podía ver. —Y háblenle mucho— dijo la trabajadora.


Banu sobre todo, hacía que Rani tocara y escuchara todo. Jugaba mucho con ella y le cantaba. Cuando Rani cumplió 2 años, Banu le enseñó a caminar a lo largo de las paredes y de la cerca, así como lo hacía ella. Para cuando tenía 3 años, Rani sabía cómo llegar sola hasta la letrina y el pozo.

En el mercado, Rani toca un plátano mientras Banu y una vendedora le hablan.
Ese es un plátano, Rani. Siente que lisa es la cáscara.
¿Puedes olerlo, Rani? Un plátano maduro
huele muy dulce.

Jeván, Aruna y Banu no tenían mucho tiempo para hacer actividades especiales con Rani. Trabajaban muchas horas en su pequeña tienda. Sin embargo, ayudaron a Rani a desarrollar nuevas capacidades, incluyéndola en lo que hacían diariamente, como ir al mercado. Las actividades sencillas de la vida diaria ayudaron mucho a Rani a aprender nuevas cosas.


Cuando Rani comenzó a ir a la escuela, los niños de su barrio la recogían todos los días. Cuando la gente del pueblo veía a todos los niños caminando juntos, les era difícil saber cuál de ellos era ciego.

Lo que las historias de Kamala y Rani nos enseñan

Si su niño no puede ver bien o está ciego, usted puede ayudarle a desarrollar muchas capacidades, así como la familia de Rani le ayudó a ella. Sin embargo, es importante entender por qué Rani pudo desarrollarse como los otros niños de su edad, mientras que Kamala no lo logró.

Para entender eso, ayuda saber...

  • cómo se desarrollan los niños (cómo adquieren nuevas capacidades a medida que crecen)
  • cómo los problemas de la vista afectan el desarrollo