Hesperian Health Guides

Forme grupos de apoyo

En este capítulo:

Un grupo de mujeres y niños pequeños.

Las familias que tienen niños sordos pueden apoyarse mucho entre sí. Si se reúnen con regularidad, podrán ayudarse mutuamente a lidiar con los problemas que enfrenten. Además podrán compartir nuevas ideas y oportunidades que se presenten para sus niños. Eso podría ayudarles mucho, no sólo a organizarse para satisfacer las necesidades de sus hijos, sino que también para apoyarse mutuamente a medida que vayan superando desafíos.

La comunidad puede facilitar ese apoyo al proporcionar un lugar para las reuniones (por ejemplo, una iglesia, un templo o una escuela). Además puede avisarle a la gente de las reuniones, para que otras familias también puedan participar.

Las familias de los niños sordos enfrentan desafíos similares y también disfrutan de alegrías parecidas. En el Capítulo 14 damos ejemplos de cómo los padres pueden iniciar un grupo para expresar sus sentimientos e intercambiar información e ideas. Mediante sus labores, un grupo de ese tipo puede lograr que la comunidad apoye más a sus niños.

Otras organizaciones comunitarias pueden dar apoyo

Hay muchos grupos comunitarios —tales como agrupaciones de mujeres, grupos de padres de familia, colectivos campesinos, o grupos de generación de ingresos o de microcrédito— que pueden apoyar a los padres de los niños que tienen problemas de audición.

Una familia, por ejemplo, podría necesitar más tiempo para educar y cuidar a un niño que no oye bien. Por esa razón, podría ser difícil que los padres consigan trabajo fuera del hogar. Un grupo comunitario podría ayudarles a encontrar formas de ganar dinero. Un grupo de madres, por ejemplo, podría conseguir audífonos para los niños sordos, buscar recursos para pagarles a los maestros de lengua de señas, luchar para que los niños reciban educación preescolar, pagar parte de las cuotas escolares o ayudar de otras formas.

Reúna a los niños sordos con otras personas sordas

Las medidas que tome una comunidad para apoyar a los niños sordos también pueden unir a esos niños. Cuando los niños que son sordos o que no oyen bien tienen la oportunidad de reunirse, pueden empezar a formar una comunidad natural, practicar el uso de un idioma y desarrollar sus habilidades para la comunicación.

En un pueblo en China, se hizo una encuesta para averiguar cuántos niños sordos había que pudieran ir a una escuela para sordos. A raíz de esa encuesta, 2 familias vecinas descubrieron que en ambas había una persona sorda ¡y que nunca se habían conocido!

Una mujer hace señas a una niña pequeña al lado de su mamá.
¿Vas a venir a cenar a mi casa hoy? ¡También van a venir Ravi y Mita!
Muchas veces, los mejores maestros y consejeros para la familia de un niño sordo son las personas sordas que se pueden comunicar bien.

Si usted vive en un pueblo grande o en una ciudad, probablemente encontrará formas de conocer a otras personas sordas. Aunque viva en un pueblo pequeño, es probable que haya algunas personas sordas y oyentes que se comuniquen usando señas y ademanes. Esas personas generalmente estarán dispuestas a ayudar a las familias de los niños sordos.

En muchas comunidades más grandes hay centros sociales, asociaciones o grandes grupos informales de personas sordas. A veces, esas asociaciones tienen programas para los niños sordos y sus familias. Usted y su hijo serán acogidos allí.

Un hombre da flores a una participante cerca de un letrero que dice, "Concurso artístico para niños sordos".


Todos los años, la Fundación de Mujeres Sordas de Delhi, en la India, tiene un concurso artístico para niños sordos. Después del concurso, las familias se reúnen y reciben información sobre la sordera. El concurso es parte de un programa de la Fundación que se propone incluir a las familias que tienen niños sordos pequeños en las actividades de la comunidad sorda.

Ayudar a los niños sordos a recibir educación y capacitación

Muchas familias luchan por darles a sus hijos sordos la oportunidad de ir a la escuela. Pero las oportunidades son más y mejores cuando la comunidad reconoce el derecho de todos a la enseñanza y dedica tiempo, energía y recursos a los niños sordos.

El Capítulo 12 describe con más detalle algunas actividades que ayudan a los niños sordos a aprender en clase y los beneficios de diferentes tipos de enseñanza.

Las comunidades que se interesan por mejorar las oportunidades educativas que tengan los niños sordos deberán comunicarse con una asociación de sordos local o nacional, y con el Ministerio de Educación de su país. Así podrán informarse de los recursos que existan en su zona y de leyes que amparen el derecho de todos los niños —incluyendo a los niños sordos— a una educación básica gratuita.

Éstas son algunas de las cosas que una comunidad puede hacer para ayudar a las escuelas a responder a las necesidades de los niños sordos:

  • Ofrecer más capacitación a los maestros para que puedan aprender cómo comunicarse con los niños sordos.
  • Invitar a adultos sordos a ayudar a los maestros, a las familias o a los alumnos a aprender el lenguaje de señas. O podrían trabajar en las aulas apoyando a los niños sordos. En el Capítulo 12 aparecen más actividades para ayudar a los niños sordos a aprender en las escuelas.
  • Ofrecer cursos de capacitación que ayuden a preparar a los alumnos para ganarse la vida.


Cuando se reúne a los niños sordos en su propia escuela o salón de clases, se crea una comunidad de niños que de otra forma hubieran quedado aislados los unos de los otros. Para cubrir los costos de capacitación e instalaciones, algunas comunidades consiguen dinero de asociaciones locales o nacionales, de organizaciones donantes o del gobierno.

Las medidas que apoyan a los niños sordos benefician a todos

La comunidad se fortalece cuando las personas se cuidan mutuamente, se hacen responsables unas de otras y aceptan no sólo las cosas que tienen en común, sino también sus diferencias. Así que, cuando la gente responde a las necesidades de los niños sordos, sus acciones muchas veces mejoran las condiciones de toda la comunidad.

3 mujeres sonrientes se abrazan de costado.

Si hay más y mejores servicios sociales, como pruebas de la audición y mayor acceso a la educación y capacitación, todos los niños de la comunidad se pueden beneficiar.

Cuando las personas trabajan juntas para lograr una meta común, aprenden que la gente puede lograr mucho más si trabaja unida que si cada quien trabaja por su cuenta. Una comunidad que se organiza en torno de un asunto determinado, puede usar esa experiencia para responder a otras necesidades y para hacer otros proyectos.

2 mujeres hablan cerca de 3 niños leyendo en un escritorio.
¿No le preocupa que esos niños sordos vayan a atrasar a la clase entera?
No, ¡pienso que
los otros niños necesitan aprender a tener más paciencia! Y todos están empezando a leer mejor. Además están aprendiendo el lenguaje de señas.

Cuando los maestros encuentran formas de comunicarse con los niños que no oyen bien, quizás puedan ayudar a todos los niños a entender mejor sus lecciones.

Si los niños que no oyen bien no reciben educación y apoyo, es posible que nunca aprendan a comunicarse con otras personas. O tal vez nunca desarrollen habilidades que les permitan conseguir trabajo, encargarse de sus propias necesidades o convivir en paz con los demás. Su desdicha y su pobreza podrían convertirse en una carga para sus familias, sus barrios y sus comunidades.

Ésta es una historia sobre un grupo en Brasil que trabaja en su comunidad para cambiar la vida de los niños sordos.

Un pueblo aprende una nueva lengua

En un pueblo del noreste de Brasil, se abrió una pequeña escuela para niños sordos en una iglesia. En poco tiempo, las familias de esa escuela crearon un grupo de padres: la Asociación de Padres y Amigos de los Sordos de Cabo (APASC). El grupo entero decidió ofrecerles clases de lengua de señas a las personas oyentes para que pudieran comunicarse con los niños sordos. Se pusieron en contacto con la asociación de sordos de la ciudad grande más cercana y contrataron a un hombre sordo para que les enseñara el lenguaje de señas a los padres y a otros familiares.

Un instructor demuestra cómo hacer señas a un grupo de hombres y mujeres.
Cada vez más personas tomaron clases de lengua de señas y aprendieron a comunicarse con los niños y los adultos sordos que vivían en el pueblo.

APASC también logró que el gobierno permitiera que los niños sordos asistieran a la escuela local. Se contrataron maestros capacitados quienes empezaron a dar clases para los niños sordos. Estos niños participaron junto con los niños oyentes en muchas de las actividades escolares. En poco tiempo, se veía a la gente del pueblo comunicándose con señas en las escuelas, en las tiendas y en las calles.

Antes, mucha gente en la comunidad pensaba que las personas sordas tenían retraso mental. Ahora tienen nuevas ideas acerca de la sordera. Ven a intérpretes de lengua de señas en la iglesia, a adolescentes sordos trabajando en la comunidad y a niños sordos estudiando y jugando con los niños oyentes.

APASC ayudó a la gente de la comunidad a tener más conciencia de la sordera. El grupo ofrece talleres y reuniones mensuales donde los padres pueden apoyarse entre sí y recibir información sobre la sordera y sobre formas de comunicarse con sus hijos sordos. Además, APASC editó un diccionario sencillo de lengua de señas que muestra 500 señas que usan muchas personas de la comunidad.

Con su trabajo colectivo, APASC está creando una sociedad que ayuda a todos los niños a desarrollar sus aptitudes al máximo.