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Trabajar juntos para ayudar a los niños sordos a tener éxito
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En este capítulo:

Los niños sordos pueden tener éxito cuando los padres, las escuelas y las comunidades trabajan unidos para crear un ambiente positivo. Para esos niños, una buena educación depende de muchas cosas, entre ellas:
- que los niños aprendan y usen un idioma.
- que haya buena enseñanza, comunicación y participación familiar.
- que la comunidad cree oportunidades para que las personas sordas tengan éxito.
Los padres, las escuelas y las comunidades pueden trabajar juntos con los jóvenes sordos para asegurarse de que tengan acceso a los programas de educación vocacional que les interesen, que se les ofrezcan empleos a las personas sordas y que las microempresas puedan obtener préstamos y subvenciones.

Algunas comunidades incluso les cobran menos impuestos o les dan asistencia económica a las empresas que contratan a trabajadores que son sordos o que no oyen bien. En algunos lugares, hay organizaciones comunitarias que han establecido programas de crédito rotatorio.

que estudiaron en el seminario, ahora son curas y se comunican con lengua de señas.
Esos programas les dan fondos a los artesanos sordos para que compren el equipo y los materiales básicos que necesitan para empezar su propio negocio. Los artesanos van pagando el dinero que deben poco a poco y ese dinero se usa para ayudar a otras personas sordas a comenzar su propio negocio también.
¡Ni hablar! ¡Esos pintores son muy buenos!

Aunque este libro trata sobre la importancia de ayudar a los niños sordos lo más temprano posible, también es importante tratar de ayudar a los adultos sordos. Una comunidad se fortalece cuando se encarga de cuidar a todos sus integrantes.
Nunca es tarde para aprender


Sogu se quedó sordo después de que le dio una enfermedad grave cuando tenía 3 años. De niño, nunca fue a la escuela. Sus hermanos y sus hermanas sí iban, pero él se quedaba en casa. La familia de Sogu usaba unas cuantas señas caseras para comunicarse con él, pero él casi siempre estaba solo, cuidando a los caballos, los borregos y las cabras de la familia.
Un día, sus padres se enteraron de que un grupo comunitario había comenzado una nueva clase para adultos sordos que nunca habían ido a la escuela. Después de 2 años de estudiar mucho, Sogu por fin aprendió a comunicarse fácilmente con sus compañeros de clase. También aprendió a leer, a escribir y hacer matemáticas.
Sogu decidió que quería aprender un oficio, como algunos de sus compañeros del mismo programa. Así que entró a una escuela vocacional para aprender a ser carpintero.
