Hesperian Health Guides

Manejo del flujo de aguas

En este capítulo:

Se entiende por drenaje el flujo de las aguas dentro de los terrenos o corrientes de agua. Si el drenaje es adecuado se reduce el peligro de las inundaciones y la erosión, y aumenta la cantidad de agua que penetra en la tierra. Un drenaje inadecuado causará la erosión de los suelos y la formación de charcos de agua estancada.

Lo mejor para mejorar el drenaje es modificar las condiciones del terreno de manera que después de un aguacero el agua superficial (la “escorrentía”) se disipe gradualmente en vez de hacerlo en un torrente, de modo que circule más lentamente, se esparza y se sumerja dentro del terreno. Para lograrlo:

right alt=Ilustración de lo siguiente: Hombres usan palas para limpiar un canal de drenaje.
La limpieza habitual de los canales de drenaje evita las inundaciones y enfermedades.
  • Evite cortar las plantas y los árboles, especialmente en las pendientes y a lo largo de los arroyos y ríos.
  • Dirija el agua superficial hacia las plantas, las zanjas de riego y las tierras bajas. Se pueden poner huertos o construir estanques para peces en los lugares donde se acumula el agua.
  • Construya barreras vivas, muros de contención bajos y otras estructuras de control de la erosión para detener y dirigir el agua superficial.
  • Mejore los suelos aplicando métodos agrícolas sostenibles, de modo que el agua penetre en el suelo.
  • Dirija el agua de los grifos y los pozos hacia las zanjas de drenaje o hacia los pozos de absorción.
left alt=Ilustración de lo siguiente: canalones colgando del techo de una casa llevan agua de lluvia a recipientes.
Haga que el agua de lluvia se convierta en un recurso para el hogar.


  • Recoja el agua de lluvia de los techos en cisternas y recipientes para su consumo, o diríjala hacia los estanques, los campos o los huertos.
  • Cuide las plantas que haya a los costados de los caminos o construya canales de drenaje a lo largo de éstos, prestándoles mantenimiento para que no se obstruyan.

Las cuencas hidrográficas en pueblos y ciudades

Cuando se construye un pueblo o una ciudad, se alteran los cauces de los ríos y el curso del agua que fluye a través de la cuenca hidrográfica. El desarrollo urbano trae consigo superficies duras como calles, pavimentos y techos que causan la escorrentía del agua, haciendo que el agua se acumule y estanque. Esto da lugar a focos de proliferación de los zancudos, y puede además causar inundaciones.

En los sitios densamente poblados con una industria en desarrollo, se producen mayores contaminantes del agua. En las ciudades, es importante dar un buen mantenimiento a los humedales y riberas de los ríos, algo difícil pero muy importante ya que los humedales evitan que las aguas contaminadas se acumulen y contaminen las plantas y los animales perjudicando la salud humana.

Para proteger el sector de la cuenca hidrográfica que les corresponde, los habitantes de pueblos y ciudades pueden:

  • Descartar higiénicamente los desechos humanos y las sustancias tóxicas para evitar que éstos contaminen las fuentes de agua y bloquen el flujo del agua.
  • Rehabilitar las riberas de los ríos, los arroyos y los humedales convirtiéndolos en parques dentro la ciudad. En algunas comunidades se siembran jardines a lo largo de las calles para hacer que el agua penetre en el suelo, en vez de drenarla en las alcantarillas.
  • Crear campañas para que los gobiernos municipales adjudiquen viviendas en sitios seguros a las personas que viven en lugares que se inundan.
  • Presionar a los comerciantes y a las industrias para que asuman sus responsabilidades por los desechos que producen.
  • Participar, a través de los gobiernos municipales y las organizaciones cívicas, en la planificación regional para asegurar un desarrollo sostenible.
Personas en un vecindario dentro de una ciudad limpian basura de un zanja de drenaje y drenaje pluvial.
Aunque las cuencas hidrográficas en las ciudades y pueblos se contaminan fácilmente, pueden protegerse.