Hesperian Health Guides

Cómo orientar el comportamiento de su hijo

En este capítulo:

La sordera no causa la mala conducta, aunque pareciera que sí. Un niño que no oye bien se comunica principalmente por medio de su comportamiento — igual que un niño oyente que aún no ha desarrollado habilidades para la comunicación.

Aprenda a reconocer las señales que indican que el niño está a punto de portarse mal.


Una mujer habla a su hijo, mientras otra mujer cerca está observando y pensando.
Ya nos tenemos que ir a casa, Pablo.
Pablo se
ve sorprendido y triste. Creo que va a empezar a gritar y a llorar muy pronto.
Si Pablo pudiera oír, habría escuchado a su madre y a su abuela hablando y se habría enterado de que se iban a ir pronto.
Habría estado más preparado para lo que iba a suceder.

Pero como Pablo no oye bien, se sorprende cuando su abuela le dice que se tienen que ir a casa. Al igual que Pablo, muchas cosas sorprenden a los niños sordos todo el tiempo.

Los padres necesitan prestar mucha atención al comportamiento de un niño que es sordo o que no oye bien. Se necesita mucha paciencia para poder entender lo que el niño le está comunicando a usted a través de su comportamiento, y para aprender cómo comunicarle al niño lo que usted espera de él.

Una mujer cosiendo se sorprende al ver a su hija pequeña llorando y frotándose los ojos.
¡Guaaa!

Los niños oyentes aprenden a portarse bien más fácilmente, y a una edad menor, que los niños sordos. Pero muchos niños pasan por temporadas en que digan que ‘no’ a todo lo que sus padres quieren que hagan. Ese comportamiento puede ser muy frustrante para toda la familia, pero es normal. Generalmente desaparece cuando el niño aprende a controlar mejor sus sentimientos y sus acciones.

Para un niño que no oye bien es mucho más difícil aprender a controlar su comportamiento. Cuando las personas no pueden comunicarse con los niños sordos, ellos se frustran, se molestan o se enojan. No entienden lo que está sucediendo a su alrededor o por qué tienen que hacer ciertas cosas.

Trate de prevenir los problemas antes de que empiecen

Cuando su hija se porta mal, pregúntese qué es lo que le está tratando de decir. ¿Qué es lo que ella necesita? Recuerde que el comportamiento es una de las formas de que la niña se comunica con usted. Como no puede usar palabras o señas para comunicarse, muchas veces le dice las cosas a través de su comportamiento.

Es posible que usted pueda prevenir ciertos problemas de conducta si entiende a qué se deben. Tal vez la niña:

  • necesite atención. Quizás haya aprendido que recibe más atención si se porta mal.
  • esté cansada, tenga hambre o tenga miedo de algo.
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  • no entienda lo que usted quiere, o quizás quiera algo pero no pueda comunicárselo de una forma que usted entienda.
  • le esté tratando de decir que otra persona se burló de ella o la trató mal.
  • esté imitando el comportamiento de otro niño.
  • no pueda hacer lo que usted espera de ella, o quizás se esté rebelando contra los límites que usted le haya impuesto, o le esté mostrando que no quiere hacer lo que usted quiere que haga.


Aunque usted entienda por qué la niña se molesta, en algunas ocasiones ella se molestará por más que usted trate de evitarlo. Pero si usted puede considerar el comportamiento de la niña como una de las formas de que ella se comunica con usted, quizás pueda anticipar las necesidades de la niña y resolverlas antes de que se conviertan en problemas.

Cómo imponer límites

Una niña con lagrimas en la cara mira a su papá enojado.
¿¿??
Anita no entiende lo que su padre le está diciendo.

Aun cuando la niña se porte bien, habrá ocasiones en que usted tendrá que negarle algo y tendrá que imponerle límites a su conducta. Tal vez eso sea necesario para proteger a la niña, porque ella se está portando mal o porque ella quiere hacer algo que usted no puede permitir. Los niños de diferentes edades necesitan diferentes límites. Los límites que usted imponga cambiarán a medida que la niña crezca y que aprenda más acerca del mundo.

Como la niña no oye bien, a veces no entenderá lo que usted quiere. Cuando le niegue algo, o cuando le diga a ella lo que usted quiere que haga, tal vez no pueda comunicarse de una forma que ella pueda entender. Quizás le parezca que su hija no le está haciendo caso o que se está portando mal, cuando en realidad ella no entiende lo que usted quiere que ella haga o no haga.

Cuando usted quiere imponerle límites al comportamiento de su hijo o quiere cambiar lo que él esté haciendo:

  1. Dígaselo. Antes de negarle algo, piénselo bien. Una vez que le niegue algo,
    Un hombre habla a su hijo al salir por la puerta.
    No. Tienes que quedarte aquí.
    usted debería ser firme con él. Si el niño se porta mal y por eso usted cambia de idea, le enseñará a portarse mal para conseguir lo que quiere.


    Una vez que le diga a su hijo que no le dará algo o que no puede hacer algo, no debería cambiar de idea tan sólo para lograr que deje de llorar.


  2. Muéstrele lo que le está
    tratando de decir.
    Una mujer con lentes en la mano le habla a su hijo en lenguaje de señas.
    Éstos son los lentes de papá, Sunil. ¡No son
    para jugar!
  3. Use dibujos para aclarar lo que le esté pidiendo.
    Un hombre y su hijo tapan un pozo y ponen un dibujo encima.
    Hay que tapar el pozo. Si no, alguien podría caerse adentro.
    Los dibujos ayudan mucho a explicar cosas que son difíciles de comunicar, como por ejemplo, cómo las acciones del niño podrían afectar a otras personas.
  4. Ayúdele a hacer lo que usted le haya pedido.


Si al niño sordo le cuesta trabajo entender lo que usted le pidió, hágalo usted para que él lo imite.

Métodos para orientar el comportamiento de su hijo que no dan buenos resultados

Un niño triste, llorando.

Las familias de los niños sordos podrían enfrentar problemas de comportamiento que no saben manejar. Es posible que usen soluciones que les den resultado en ese momento —aunque esas soluciones no ayuden al niño a aprender a portarse bien. Éstos son algunos ejemplos:

  • Darle órdenes al niño sin explicarle la razón ni lo que las órdenes quieren decir. Eso impedirá que el niño tome buenas decisiones por sí mismo.
  • Castigar más a un niño sordo que a otros niños. Los malos tratos pueden hacer que un niño se deprima y se vuelva violento.
Una niña sola abre la puerta y mira hacia afuera, triste.
  • Permitir que una niña que no oye bien se siga portando mal, en vez de corregirla. Eso la aislará más del resto de la gente.
  • Dejar una niña que no oye bien encerrada en casa más que los otros niños. Eso retrasará su desarrollo social.

Podría parecer que esos métodos dan resultado en un momento dado. Pero no ayudarán a la niña a aprender a portarse bien o a relacionarse con otras personas.

Todos los padres quieren que sus hijos se porten bien y que se conviertan en adultos bien recibidos por la comunidad. Para que su hija aprenda a controlar sus acciones, la forma en que usted se comporta puede servir de ejemplo. Muéstrele a su hija el tipo de comportamiento que cualquier persona necesita tener para poder convivir bien con los demás.

Cómo ayudarle a su hijo a calmarse cuando se porta mal

Una mujer cocina mientras su hijo está sentado en una esquina pensando. Un reloj colgado en la pared toma el tiempo.

Cuando su hijo se está portando mal, llévelo a un lugar aparte e insista que se siente allí y se tome un ‘descanso’ por unos 5 minutos (menos tiempo si se trata de un niño muy pequeño). Si él trata de irse antes de que hayan pasado los 5 minutos, vuelva a empezar a contar el tiempo. No lo deje solo. Usted puede usar este tiempo de descanso para darle al niño la oportunidad de pensar acerca de su comportamiento y de cómo podría mejorarlo. El descanso también le dará a usted tiempo de calmarse cuando esté frustrada o molesta.

Una mujer habla con su hijo tranquilamente usando lenguaje de señas.
Omar, no está bien que patees a tu hermano. Cuando te enojes, necesitas mostrárselo de otra manera.

Antes de apartar al niño para que tome un descanso, sosténgalo con firmeza y explíquele cómo usted quiere que se porte. Cuando él esté más calmado, explíquele por qué tuvo que tomar ese descanso. También explíquele cómo su comportamiento afecta a los demás. Siempre recuérdele que usted lo quiere a él, pero no quiere que se comporte de esa forma. Anímelo a que hable o que comunique con señas lo que sucedió, la razón por la cual sucedió y cómo él podría reaccionar de otra forma. Ayúdele a entender por qué necesitó apartarse y tomar el ‘descanso’.

Cómo reaccionar si el niño hace un berrinche

Es posible que su hijo haga berrinches cuando se enoja. Muchos niños pequeños hacen lo mismo. Un berrinche sucede cuando un niño pierde el control completamente y grita, llora y da patadas o golpes. Los niños que no se pueden comunicar fácilmente suelen hacer más berrinches que otros niños y quizás sea más difícil ayudarles a calmarse.

Es importante que usted mantenga la calma lo más que pueda. Tómese un minuto para decidir qué hacer. Éstas son algunas maneras útiles de responder a un berrinche:

  • No trate de explicarle las cosas al niño cuando él ya perdió el control. Ése no es el momento de discutir.
  • No responda a los gritos y a las patadas de su hijo, pero no lo deje completamente solo. Él podría asustarse a causa de su propio comportamiento y necesitará que usted esté cerca para no sentirse abandonado.
Un hombre y 2 niños miran fijamente a una mujer sosteniendo la mano de un niño enojado.
Si puede, lleve al niño a otra parte hasta que se le pase el berrinche.
  • No pellizque al niño, no lo sacuda, no le grite y no le dé nalgadas. Sólo logrará que se empeore el berrinche. Pero no deje que él le pegue a usted. Usted podrá sostenerlo, pero sólo para evitar que él mismo se lastime, la lastime a usted o rompa algo.
  • Trate de distraer al niño. Si él está gritando porque usted le quitó algo, podría ofrecerle otra cosa que él quiere o alguna cosa fuera de lo común que le llame la atención. Las distracciones dan mejor resultado con los niños muy pequeños.

Si el berrinche es en respuesta a un límite que usted haya impuesto, no permita que el comportamiento de su hijo cambie ese límite. Si usted cede, el niño aprenderá que puede conseguir lo que quiere haciendo berrinches.

Una mujer carga a una niña que llora.

Si la niña se porta mal o hace un berrinche en público

Si su hija se porta mal en público, cárguela si puede y sáquela de la situación. Trate de actuar con calma y sin enojarse. Lleve a la niña fuera de la tienda, del mercado o donde quiera sea que el problema haya ocurrido. Si puede, llévela a un lugar privado para que se calme allí. Si es necesario, pídale a otra persona que se quede con ella mientras usted termina lo que necesita hacer.

Tal vez le parezca más fácil dejar a un niño en casa que preocuparse de que se porte mal en un lugar público. Sin embargo, es importante que todos los niños aprendan a portarse bien en público y a ser parte de la comunidad.

Los niños aprenden mucho de nuestras acciones

Para la familia de un niño sordo, como para cualquier familia, es importante dar un buen ejemplo. La familia debe actuar de la forma en que quiere que el niño actúe y debe animar al niño explicándole el tipo de comportamiento que le agrada. Pero no es fácil dar un buen ejemplo y animar a los niños a portarse bien.

Una niña regaña a su hermanito.
¡No, Óscar!

Para la familia de un niño sordo, como para cualquier familia, es importante dar un buen ejemplo. La familia debe actuar de la forma en que quiere que el niño actúe y debe animar al niño explicándole el tipo de comportamiento que le agrada. Pero no es fácil dar un buen ejemplo y animar a los niños a portarse bien.

Muchas veces es frustrante criar a los niños pequeños. Y cuando hay problemas de comunicación, es aún más difícil enseñarle a un niño cómo portarse bien. Como es más difícil comunicarse con los niños sordos, los padres y otras personas que cuidan a esos niños podrían frustrarse y pegarles y sacudirlos. Para mayor información sobre formas de apoyar a los padres y a las personas que cuidan a los niños sordos, vea el Capítulo 14.

Puede ser difícil que la gente cambie las formas de que se acostumbra corregir a los niños. La mayoría de las personas corrige a los niños de la misma forma de que los adultos los corrigieron a ellos cuando eran pequeños. Pero cuando manejamos nuestra propia frustración sin recurrir a la violencia, les enseñamos algo muy valioso a nuestros hijos —que ellos también pueden manejar su frustración sin violencia. A continuación aparece la historia de un grupo de padres que cambió la forma de corregir a sus hijos.

Un grupo de padres encuentra otra manera de corregir a sus hijos

En el estado de Oaxaca, en México, una trabajadora social y una maestra iniciaron un programa preescolar para niños sordos. Todos los días, los padres asistieron al programa con sus hijos, participaron juntos en las actividades y se apoyaron entre sí.

Después de un tiempo, los padres empezaron a darse cuenta de que sacudían o les pegaban a sus hijos bastante seguido. Hablaron al respecto con la trabajadora social y decidieron que querían encontrar otra forma de corregir a sus hijos. La trabajadora social les explicó la idea de darle un ‘descanso’ a un niño que se está portando mal. Les recomendó que apartaran al niño de la situación donde comenzó el problema y que lo hicieran sentarse tranquilo en otro lugar por algunos minutos.

Los padres decidieron que les ayudaría dejar de pegarles a sus niños, si pagaran una pequeña ‘multa’ cada vez que les pegaban o los sacudían. Pusieron una lata vacía sobre una repisa donde pondrían las multas. Al principio, casi todos los padres ponían dinero en la lata todos los días. Pero las multas les ayudaron a detenerse y a reflexionar antes de sacudir o de pegarles a sus hijos.

Un grupo de padres reflexionan sobre sus conductas con sus hijos.
María siempre les quita las cosas a sus hermanas. La dejan porque es chiquita. Pero, ya está creciendo y debería saber que eso no se hace.
Antes Hugo hacía eso también. Yo le pegaba mucho, pero no podía explicarle por qué lo que hacía estaba mal. Me enojaba y sentía triste al mismo tiempo.
Las cosas han
ido mejorando porque estamos aprendiendo a comunicarnos mejor. ¡Pero toma mucho tiempo aprender! Tengo que hacer un esfuerzo para no enojarme.

A medida que probaron nuevos métodos y que mejoraron sus habilidades para comunicarse, los padres notaron que sus hijos se estaban portando mejor. Al principio, les pareció difícil cambiar la forma de que corregían a los niños, pero ahora casi nunca les pegan ni los sacuden.