Hesperian Health Guides

Proteger a los niños contra los plaguicidas

En este capítulo:

Los niños deben mantenerse alejados de los plaguicidas.

Los niños:

Una mujer le habla a una niña quién está sosteniendo sus brazos extendidos para ser levantada.

Olanike, espera un momento hasta que me cambie la ropa y me lave.
  • No deben jugar, utilizar ni tocar los envases usados de plaguicidas.
  • No deben jugar con el equipo de la granja que ha sido utilizado para rociar plaguicidas.
  • No deben meterse al agua ni nadar en las acequias de riego o canales.
  • No deben entrar a jugar en los campos recién tratados.

Los adultos pueden proteger a los niños contra los plaguicidas si:

  • Lavan la ropa de trabajo y los zapatos, y se lavan las manos antes de entrar a la casa y antes de tocar a los niños.
  • Lavan la ropa de los niños por separado, sin mezclarla con la ropa de los padres.
  • Lavan las frutas y legumbres con cuidado antes de que alguien las coma.
  • Evitan el uso de plaguicidas en la casa, especialmente dentro de ella.
  • Guardan los envases de plaguicidas y el equipo fuera del alcance de los niños.
Una aldea lucha contra el envenenamiento por plaguicidas

Los habitantes de Padre, una aldea del estado de Kerala, India, llegaron a creer que se trataba de una maldición. Los jóvenes presentaban graves problemas de salud como epilepsia, daño cerebral y cáncer, y no crecían normalmente. Muchas mujeres no podían dar a luz y muchos bebés nacían sin brazos ni piernas. ¿Si no se trataba de una maldición, cuál era la causa de estas enfermedades?

La aldea de Padre era famosa por sus plantaciones de marañón (nuez de la India). Muchos años antes, la empresa propietaria de las plantaciones había empezado a fumigar con un plaguicida llamado endosulfán. Poco tiempo después, los pobladores notaron la desaparición de abejas, sapos y peces de la región. Mucha gente pensó que habían muerto a consecuencia del endosulfán, aunque no podían probarlo.

Nueces de anacardo.

Shree Padre, un agricultor y periodista del lugar, vio cómo sus terneros nacían con las patas deformes. Como habían fumigado muchas veces con endosulfán cerca de sus terrenos, él se preguntaba si los defectos de nacimiento se debían al plaguicida. Shree Padre habló con un médico que había observado problemas de salud parecidos en las personas. Después de comunicarse con mucha gente en la India, llegaron a la conclusión de que casi todos los problemas observados eran efectos conocidos del endosulfán.

Las visitas de otras organizaciones confirmaron lo que Shree Padre y el doctor habían averiguado. Corrió la voz de que las enfermedades que la gente experimentaba se debían al endosulfán.

Los pobladores se reunieron en las oficinas de la plantación y exigieron que se dejara de fumigar. Los empleados de la plantación, la industria de los plaguicidas y algunas autoridades locales negaron que el endosulfán fuera la causa de los problemas. Llegó la policía y puso fin a las protestas.

La prensa y la televisión difundieron la historia. Muy pronto, toda la gente de la India y del mundo supo de los problemas de salud causados por el endosulfán. El gobierno aprobó una ley prohibiendo el uso del endosulfán en Kerala.

Pero la industria de los plaguicidas insistió en que el endosulfán no era dañino. Pagaron a doctores y científicos para que declararan que los problemas de salud no se debían al endosulfán. Poco tiempo después, debido a la presión de la industria de plaguicidas, se levantó la prohibición y se volvieron a fumigar las plantaciones en Padre.

Los agricultores, los médicos y la población del lugar exigieron al gobierno estudiar el problema. Finalmente, el gobierno reconoció ante la gente de Padre que el endosulfán era un veneno mortal. Se dictó una ley prohibiendo para siempre su uso en este estado de la India.

Sin embargo, el endosulfán se sigue utilizando en otras regiones de la India y en otros países. En unos lugares las leyes lo califican como veneno, mientras que en otros se considera inofensivo. Los venenos como el endosulfán se prohíben sólo cuando la gente se une para presionar a la industria y al gobierno, exigiendo el cambio.

Manifestantes cargando letreros que dicen, "No más Plaguicidas," "Basta ya de venenos," "Por una mañana limpia y sana," "Detengan las Plaguicidas," y "Las Plaguicidas son Venenos."