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Reunión con el personal del centro de salud
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Luz sabía que Mario ya tenía una buena relación con el doctor Mora, así que le pidió su ayuda para organizar la reunión. El doctor estuvo de acuerdo y 2 semanas después, el comité representante de Voces de las Mujeres Vilcas se reunió con él en el centro de salud. El doctor Mora también invitó a la enfermera Flores a la reunión. Paula comenzó su presentación pidiéndole a Luz que contara su historia sobre cómo trató de ayudar a Sonia. Después Paula les explicó por qué formaron el grupo Voces de Mujeres Vilcas. Alicia y Yesenia hablaron y después Tomasa leyó en voz alta las propuestas del grupo para mejorar el cuidado a la salud.
El doctor Mora y la enfermera Flores se empezaron a poner más y más impacientes con las mujeres. Cuando Tomasa terminó de hablar, el doctor Mora dijo que aunque lamentaba mucho que ellas se sintieran insatisfechas con los servicios que se ofrecían en el centro de salud, él la verdad no tenía tiempo para ocuparse de todos sus problemas. La enfermera Flores dijo que el verdadero problema era que las mujeres no seguían los reglamentos del centro y criticó a Luz y a las otras parteras por traer a las mujeres embarazadas cuando era demasiado tarde para darles atención adecuada.
Paula se puso de pie y dijo que los reglamentos del centro de salud les negaban a las mujeres su derecho al cuidado de salud. El doctor Mora respondió enojado que el problema real no eran los reglamentos del centro de salud sino que no tenían recursos ni apoyo del gobierno, y por eso era muy difícil mantener al centro de salud funcionando. Y después él dio por concluida la reunión.
Sumario
Evaluar la actividad
Las mujeres de Voces de Mujeres Vilcas sintieron que su primera acción había sido un fracaso. Reunieron mucha información, entendieron los problemas que enfrentaban las mujeres indígenas y habían presentado muy buenos argumentos. Sin embargo, la reunión había terminado de repente y no podían ver cómo seguir avanzando. En su siguiente reunión, Tomasa sugirió que evaluaran su actividad de la misma manera en la que habían reflexionado sobre sus propias vidas y sobre cómo se produce el cambio.
Revisar el plan de acción
Después de evaluar la reunión con el doctor Mora y la enfermera Flores, se dieron cuenta que no había sido un fracaso total. Decidieron revisar su propuesta para tener en cuenta el punto de vista del doctor Mora y enfocarse más en el derecho a la atención de salud. De ahí salió su siguiente paso: convencer al doctor Mora de que los cambios que ellas proponían también lo ayudarían a él a cumplir con las obligaciones del centro de salud. En el grupo hablaron sobre los posibles retos para lograr esto y decidieron buscar más aliados para convencer al doctor Mora a reunirse otra vez con ellas.
Colaborar con aliadas y aliados para involucrar a la comunidad
Durante las siguientes semanas las integrantes de Voces de Mujeres Vilcas compartieron sus ideas con las y los aliados que ya les habían ayudado antes.
Organizar una conversación comunitaria
Con la ayuda de sus aliadas y aliados, Voces de Mujeres Vilcas inició una conversación comunitaria sobre la salud de las mujeres y el centro de salud Vilcas. A la reunión invitaron a promotoras y promotores de salud, al personal del centro de salud, a parteras y a líderes y lideresas de la comunidad de Vilcas y de pueblos aledaños.
El alcalde dio inicio a la reunión aclarando que el propósito de la reunión no era encontrar culpables, sino más bien era encontrar las maneras en que el centro de salud pudiera responder mejor a las necesidades de todas y todos, incluyendo las necesidades de las promotoras y el personal de salud. A pesar de que el alcalde trató de crear un espacio de confianza, la gente seguía en desacuerdo. Algunas personas no confiaban en el alcalde o en el doctor Mora. Otras no estaban acostumbradas a escuchar a las mujeres hablar en grupo. Algunos no querían que las mujeres, especialmente las jóvenes, decidieran si querían o no tener bebés. Sin embargo, la gente sí estaba de acuerdo en que salvar la vida de las mujeres embarazadas debía de ser una prioridad. El alcalde se comprometió a usar más presupuesto para mejorar los servicios. La organización de campesinos dijo que ya tenían voluntarios de otros pueblos para construir y darle mantenimiento a los proyectos. Los maestros se ofrecieron para ayudar a desarrollar materiales educativos de salud. Un oficial de una base militar cercana prometió ayudar con transporte de emergencia y tener sangre segura para emergencias.
Movilizarse para crear cambios a largo plazo
En las siguientes semanas y meses, el doctor Mora promovió un espíritu de diálogo entre los doctores y las enfermeras del centro de salud. Ellos se habían resistido a cambiar hasta que Voces de Mujeres Vilcas les ayudó a pensar sobre la salud como un derecho humano. Esto hizo que los trabajadores de salud reflexionaran sobre su compromiso profesional con la atención de salud y con salvar vidas. Se dieron cuenta que su trabajo mejoraría si entendieran mejor el punto de vista de las mujeres quechuas. La enfermera Flores le sugirió al doctor Mora invitar a Voces de Mujeres Vilcas al centro de salud para hablar con todo el personal sobre los cambios que proponían.
A través del diálogo continuo, Voces de Mujeres Vilcas y los trabajadores de salud poco a poco lograron tener una confianza mutua. Llegaron a acuerdos sobre metas comunes y primero hicieron cambios pequeños y de bajo costo, como cambiar los horarios del centro de salud para responder a las necesidades de la comunidad. Contrataron enfermeras y asistentes bilingües, y se aseguraron de que siempre hubiera alguien trabajando que pudiera interpretar quechua y español. También trabajaron con el personal para ayudarles a aprender cómo hacer que las jóvenes se sintieran más bienvenidas y apoyadas.
Un lugar agradable y seguro para dar a luz
Voces de Mujeres Vilcas y un grupo de voluntarias de la comunidad pintaron la sala de partos en el centro de salud, colgaron cortinas para crear privacidad y construyeron sillas para parto, para que las mujeres pudieran dar a luz en cuclillas como es su tradición. El doctor Mora cambió los reglamentos para que las mujeres pudieran llevar puesta su ropa tradicional y elegir su comida y bebida. También se les permitió tener acompañantes durante el parto, incluyendo a su pareja y a parteras tradicionales. La enfermera Flores organizó una capacitación para ayudar a los doctores y a las enfermeras a sentirse más cómodas con estos cambios.
Poco después, el doctor Mora invitó a Luz y a otras parteras a atender partos en el centro de salud. Él vio esto como una manera para que los doctores y las enfermeras aprendieran sobre las tradiciones comunitarias que ayudan a las mujeres a tener partos saludables. También sabía que esto alentaría a las parteras, doctores y enfermeras a trabajar juntos durante las emergencias y les daría a las parteras oportunidades para aprender nuevas técnicas para que los partos fueran más seguros.
El comité de salud comunitaria
Poco después de que tuvieron la reunión comunitaria, las compañeras de Voces de Mujeres Vilcas ayudaron a formar un comité de salud que incluía a jóvenes y mayores de edad, trabajadoras de salud y líderes locales. El comité de salud colaboró con el centro de salud para organizar un plan comunitario de emergencia y la construcción de la “Casa para una Maternidad Segura” donde las mujeres de pueblos alejados pudieran quedarse con sus familias durante las últimas semanas de su embarazo.
Con ayuda de CARE, una organización internacional, el comité convenció al gobierno de mandar más personal de salud para que el centro de salud pudiera abrir las 24 horas del día y asegurar que hubieran recursos médicos y suficiente sangre para los casos de emergencia.
Salud para todas y todos
Las relaciones entre las mujeres de la comunidad y los trabajadores de salud mejoraron y las mujeres empezaron a llevar a toda su familia al centro de salud. Iban con sus parejas para recibir atención prenatal y durante el parto, y también llevaban a sus hijos a vacunar. Los hombres se involucraron más durante el embarazo y también aprendieron sobre su propia salud. Como se sentían bienvenidos en el centro de salud, empezaron a ir para atender sus propias necesidades. Al respetar los derechos, la cultura y la dignidad de las mujeres, se logró que más mujeres eligieran dar a luz en el centro de salud. Con el tiempo, al enfocarse en el derecho de todas las personas a la atención de salud, mejoró la salud de las mujeres embarazadas y de sus bebés, pero también mejoró la salud de las mujeres y de los hombres de todas las edades.
Voces y liderazgo de las mujeres
La comunidad de Vilcashuamán votó para que cada año parte del presupuesto del pueblo se usara para garantizar apoyo a los programas de salud de las mujeres. El gobierno del pueblo también creó un cargo permanente elegido por votación, para que una mujer supervisara los asuntos de salud de las mujeres. Esto significó que las mujeres de Vilcas se irían rotando los puestos de liderazgo y participarían en la toma de decisiones sobre la salud de las mujeres y el desarrollo de sus comunidades.
Más retos
La organización Voces de Mujeres Vilcas tuvo muchos logros, pero todavía falta mucho por hacer. La pobreza y el desplazamiento siguen siendo obstáculos en la atención de salud de las mujeres. Aunque las mujeres ahora son más respetadas, algunas personas aún piensan que las mujeres deben de enfocarse solo en sus hijos. Estos retos van a continuar y Voces de Mujeres Vilcas va a seguir movilizando a la comunidad.