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Infecciones de los oídos
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A los niños les dan esas infecciones fácilmente porque la trompa es más corta que en los adultos. Cuando el oído se infecta, el líquido y la infección no pueden salir del oído medio. Y si un niño tiene catarro, muchas veces se tapa la trompa que conecta la garganta con el oído medio. A medida que se vuelven más grandes y más fuertes, los niños resisten mejor las enfermedades y padecen menos catarro y menos infecciones de la garganta.
Sumario
Infecciones repentinas de los oídos (infecciones agudas)
Las infecciones repentinas del oído medio pueden suceder a cualquier edad y son frecuentes incluso en los bebés. Puede que el niño llore, esté de mal humor y tenga fiebre. Muchas veces, la infección se mejora en 1 ó 2 días sin tratamiento alguno. Un calmante suave, como Paracetamol, ayudará al niño a sentirse mejor, pero no curará la infección. A veces, para curar la infección se necesita un antibiótico. Es posible que el tímpano reviente y que le salga pus por un hoyito. El hoyito por lo general cicatrizará rápidamente.
Infecciones continuas de los oídos (infecciones crónicas)
Si a un niño le dan infecciones de los oídos repentinas una y otra vez, y él no recibe tratamiento, la infección podría convertirse en una enfermedad crónica. Una infección se vuelve crónica cuando sale pus del oído durante al menos 14 días seguidos. Eso puede dañar el tímpano. El tímpano podría meterse hacia adentro o podría tener un hoyito que no cicatriza. Ambos problemas resultan en una infección continua de oído con salida de pus.

Si un niño no recibe atención médica adecuada y oportuna, podría tener problemas de la audición, mareos, debilidad de un lado de la cara, o tener un absceso que suelta pus detrás o debajo del oído. Rara vez una infección de los oídos se complica y causa meningitis o un absceso en el cerebro.
La causa principal de los problemas de la audición son las infecciones de los oídos. Esas infecciones se pueden prevenir al mejorar las condiciones de vida y de la salud, y al tener acceso a la atención médica. En todas las comunidades debería haber personas que sepan identificar las infecciones de los oídos en cuanto aparezcan, o debería haber clínicas u hospitales cercanos que son accesibles economicamente.
Infección de los oídos con derrame (secreción)
A veces, después de una infección repentina de los oídos, se junta un líquido espeso y pegajoso en el oído medio (esta infección se llama otitis media adhesiva u otitis media con derrame). La otitis media adhesiva generalmente no duele y, después de varias semanas, el líquido se sale por la trompa que conduce a la nariz. A veces el problema dura varios años. Generalmente, la otitis media adhesiva afecta a ambos oídos y causa sordera parcial mientras dura. En la mayoría de los casos, este tipo de infección se quita sin tratamiento. Pero si al niño le duele, dele un antibiótico por la boca, según la dosis indicada para infecciones agudas.

Signos de una infección de los oídos:
- Dolor —un niño pequeño quizás llore, se frote un lado de la cabeza o se jale la oreja.
- Fiebre de 37.7° a 40°C (de 100° a 104°F)
- Catarro, dolor de garganta, tos

- Es posible que salga líquido del oído. El líquido podría ser amarillo, blanco, aguado o pegajoso, e incluso podría tener un poco de sangre. Si sale bastante líquido claro y pegajoso, es probable que provenga de un hoyito en el tímpano. Es posible que el líquido deje de salir después de tomar medicina, pero podría volver a salir cada vez que el niño tiene catarro, mete los oídos debajo del agua, o va a nadar.
Si sale un poco de líquido amarillo o verde que huele mal, es probable que el tímpano esté dañado. Tal vez sea necesario hacer una operación para repararlo.
- Sordera parcial — temporal o permanente — en uno o ambos oídos.

- A veces, náuseas y vómitos.
- A veces, la infección llega hasta el hueso detrás del oído (mastoiditis). Eso es muy doloroso y hay que usar antibióticos.
¡Vaya al hospital!
Diferentes signos podrían presentarse en diferentes momentos. Por ejemplo, el dolor podría desaparecer cuando empiece a salir líquido del oído.
Hay que revisarle los oídos al niño 3 ó 4 meses después de una infección, aunque al niño no le duela. También hay que revisarle la audición.
Para tratar las infecciones de los oídos
Para tratar las infecciones repentinas de los oídos (infecciones agudas) | ![]() | |
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Para el dolor y la fiebre: | ||
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de 3 meses a 1 año | de 60 a 120 mg | |
de 1 a 5 años | de 120 a 250 mg | |
de 6 a 12 años | de 250 a 500 mg | |
ó | ||
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de 1 a 2 años | 50 mg, 3 a 4 veces al día | |
de 3 a 7 años | 100 mg, 3 a 4 veces al día | |
de 8 a 12 años | 200 mg, 3 a 4 veces al día | |
Nota: No les dé ibuprofén a los niños menores de 1 año ni a los que pesan menos de 7 kg. | ||
Para la infección: | ||
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Dé 45 a 50 mg por cada kilo de peso cada día, dividido en 2 dosis. Si no puede pesar al niño dele la dosis por edad: | ||
Menor de 3 meses | 125 mg, 2 veces al día | |
3 meses a 3 años | 250 mg, 2 veces al día | |
4 años a 7 años | 375 mg, 2 veces al día | |
8 años a 12 años | 500 mg, 2 veces al día | |
Mayor de 12 años | 500 a 875 mg, 2 veces al día | |
Siga dando amoxicilina hasta que desaparezcan todas las señas de infección por al menos 24 horas. | ||
Para infecciones graves puede duplicar la dosis, es decir, darle hasta 95 mg por kg de peso al día, pero dividido en 3 dosis. |

darle todo el antibiótico, porque si no, la infección podría volver.
Otros tratamientos para las infecciones agudas de los oídos | ||
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Si el niño es alérgico a la penicilina o si el tratamiento no le está haciendo efecto: | ||
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3 meses a 12 años | 15 mg por cada kilo de peso cada día, dividido en 2 dosis. |
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Si no puede pesar al niño, dé 250 mg, 2 veces al día. No dé más de 1000 mg en 1 día (24 horas). |
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ó | ||
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mayor de 1 mes de edad | 40 mg por cada kilo de peso cada día, dividido en 2 dosis. Si no puede pesar al niño dele la dosis por edad: | |
1 mes a 1 año | 125 mg, 2 veces al día | |
1 año a 5 años | 250 mg, 2 veces al día | |
5 años o mayor | 500 mg, 2 veces al día | |
No dé más de 1000 mg en 1 día (24 horas). | ||
ó | ||
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Dé 30 a 50 mg por cada kilo de peso cada día, divididos en 2 a 4 dosis. Si no puede pesar al niño dele la dosis por edad: | ||
recién nacido | 65 mg, 2 veces al día. | |
2 años o menor | 125 mg, 3 veces al día. | |
2 años a 8 años | 250 mg, 3 veces al día. | |
8 años o mayor | 250 a 500 mg, 4 veces al día. |
Si está saliendo líquido del oído, límpielo por fuera, pero no meta nada dentro del oído para limpiarlo. Aníme al niño a que descanse y que tome muchos líquidos. El niño puede bañarse, pero no debe meter las orejas debajo del agua ni debe nadar hasta que pasen por lo menos 2 semanas después de aliviarse.
Si usted piensa que el niño podría tener una complicación, llévelo al hospital. Si piensa que podría tener meningitis, dele medicina inmediatamente.
Para tratar las infecciones crónicas de los oídos | |
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(con derrame por 2 semanas o más) | |
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A veces, ayuda dar un antibiótico por la boca al mismo tiempo que se usan las gotas. Use el mismo antibiótico que se usaría para una infección aguda. | |
Las gotas antibióticas también pueden causar sordera. Por eso, no deben usarse durante más de 10 días seguidos ni usarse con frecuencia. Pero cabe recordar que es más probable que un niño tenga problemas de la audición a causa de las infecciones crónicas de los oídos que a causa de las gotas antibióticas. |
Si el derrame vuelve o no se quita, o si no hay forma de conseguir gotas antibióticas: | ||
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para todas las edades | 2 gotas en el oído, 2 veces al día, durante 2 semanas | |
después ponga | 2 gotas en el oído, 1 vez al día (antes de acostarse), durante varias semanas o meses |
Repita el mismo tratamiento si vuelve a aparecer una infección con derrame. Un trabajador de salud o un doctor puede enseñarles a los padres cómo limpiar el líquido con algodón antes de poner cada dosis de las gotas.
No permita que entre agua al oído. Seque el oído cuidadosamente con gasa o con algodón 2 veces al día, durante varias semanas (hasta que se mantenga seco).
A veces se necesita hacer una operación para reparar el tímpano. Un trabajador de salud con capacitación especial podría operar al niño en un hospital, generalmente cuando el niño tenga por lo menos 10 años de edad.

Cómo prevenir las infecciones de los oídos
Para prevenir las infecciones de los oídos hay que dar pecho a los bebés hasta los 2 años, si es posible. La leche materna ayuda a los bebés a resistir las infecciones. El amamantamiento también les ayuda a fortalecer los músculos que mantienen abiertas las trompas que conectan la garganta con el oído medio.
Otras formas de prevenir las infecciones de los oídos

- Si es necesario alimentar a un bebé con un biberón o con una taza, asegúrese de mantener su cabeza más elevada que su estómago cuando lo alimente. Si es que come acostado, la leche se le podría meter en las trompas que llegan a los oídos medios desde la garganta y así causarle una infección.
- Enséñeles a los niños a limpiarse la nariz en vez de soplársela. Si se tiene que soplar la nariz, debe hacerlo suavemente.
- Haga todo lo posible por mantener a los niños alejados del humo, incluso el de las estufas y el de la lumbre para cocinar. Cuando un niño respira humo, la trompa entre la garganta y el oído medio podría hincharse hasta quedar cerrada. Entonces se le comenzará a acumular líquido en el oído medio y se podría infectar.
- Cuando un niño tiene catarro, averigüe si también tiene dolor de oído. Siempre que sea posible, mantenga al niño alejado de las personas que tienen catarro.