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Los desechos y la ley
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Filipinas prohíbe la incineración y adopta leyes más estrictas sobre los desechos
Durante muchos años, los desechos en las Filipinas se amontonaban en basureros al aire libre o se quemaban. Pero a medida que la contaminación empeoró con la basura, muchas comunidades comenzaron a presionar al gobierno para que prohibiera la incineración de desechos, estableciera programas de reciclaje e impidiera que la basura se arrojara al aire libre.
La campaña comenzó en 1985 con un programa de educación. Los activistas viajaron por todo el país enseñando a las comunidades las técnicas más eficaces para evitar la producción de desechos. Demostraban cómo reducir los desechos y cómo separarlos para crear pilas de composta, reutilizarlos y reciclarlos. Invitaron a gente de todo tipo, desde campesinos y políticos hasta curas, para que juntos se esforzaran para reducir la producción de desechos en sus comunidades.
A la vez, educaron a las comunidades y a los funcionarios del gobierno sobre los contaminantes tóxicos producidos por la quema de desechos y demostraron cómo las toxinas emitidas se podían encontrar en los huevos y otros alimentos comunes.
La presión ejercida en el gobierno dio resultados y en 1999 se prohibió la incineración mediante una nueva “Ley sobre pureza del aire”. En 2000 el gobierno lanzó un programa de reciclaje y emitió una ley para convertir todos los basureros al aire libre en rellenos sanitarios. En 2001 el gobierno promulgó una ley para establecer centros de recuperación de recursos en muchos pueblos y ciudades. Los promotores siguen trabajando para asegurarse de que las leyes beneficien a aquellos que resultan más afectados: la gente que recoge, clasifica y recicla la basura.
Leyes como las anteriores son importantes para establecer normas de manejo de los desechos. Cuando la gente asume la responsabilidad por sus propios desechos y presiona a los legisladores para poner en vigencia leyes justas, todo el mundo se beneficia.