Hesperian Health Guides

La lucha por el cambio

En este capítulo:

Lo que pueden hacer las familias y los asistentes:

Después de nosotras, nuestros parientes son quienes mejor entienden nuestras discapacidades. Por eso, nos pueden ayudar mucho durante el parto. Pueden asegurarse de que la partera y otros trabajadores de salud entiendan que nuestra discapacidad no necesariamente nos impide dar a luz por la vía vaginal. Y nos pueden ayudar a explicar que tal vez necesitemos probar posiciones diferentes para dar a luz. Además, una vez que nazca el bebé, se pueden asegurar de que lo tomemos en nuestros brazos y lo tengamos cerca, aun cuando necesitemos ayuda.

Lo que pueden hacer las parteras, los doctores y otros trabajadores de salud:

una mujer habla a otra mujer.
No se preocupe, doctora. Aunque mi hija tiene una discapacidad, es muy fuerte. Además, no necesitó una cesárea cuando dio a luz a su primer hijo.
  • Asegurarse de que las salas de partos sean accesibles para nosotras. Por ejemplo, si la sala de partos está en un piso superior, poner a nuestra disposición una sala adecuada para partos en la planta baja.
  • Asegurarse de que las camas y las mesas de examen sean bajas y sin ruedas.
  • Asegurarse de que una mujer ciega o sorda siempre tenga muy cerca a su bebé. Así, aunque no pueda oír o ver a la criatura, se dará cuenta si necesita darle el pecho o arrullarla.
  • Visitar a la nueva madre y el bebé por lo menos 2 veces: el día después del parto y por lo menos 1 vez más la próxima semana. Tanto la madre como el bebé se beneficiarán de su atención.
  • Ayudar a la madre a inscribir al bebé en el registro civil.