Hesperian Health Guides

Atender a las mujeres con respeto y sensibilidad

En este capítulo:

Una partera habla a una mujer embarazada, quien piensa después.
Me preocupé por ti cuando no viniste el mes pasado. ¿Te pasó algo malo?
Qué bueno que no me está gritando. Ahora le puedo explicar que no vine a mi último control porque mi otro hijo estaba enfermo.

Toda la gente se merece que la traten con respeto. Como trabajadora de salud, la forma en que usted trata a las mujeres es muy importante. Muchas veces, las parteras son autoridades en quienes la gente confía. Unas cuantas palabras amables o alentadoras de su parte pueden ayudar mucho a una mujer a tener confianza en su propia capacidad de cuidarse. Un comentario cruel o desconsiderado podría dolerle a la mujer muchos años.

No juzgue a la gente

Algunas mujeres están acostumbradas a que las traten sin respeto. A veces la gente trata a una mujer sin respeto a causa de su edad, el trabajo que hace, su raza, su religión, su pobreza, una discapacidad u otras razones. Cuando empiece a atender a una mujer en esa situación, quizás ella espere que usted también la trate mal. Usted sólo podrá ayudarle a vencer ese temor demostrándole que usted está allí para escucharla y ayudarla, no para juzgarla y criticarla.

Predique con el ejemplo

Lo que usted haga afectará más a la gente que lo que usted diga. Y como la gente de una comunidad suele respetar a sus parteras, las cosas que usted haga podrían animar a los demás a cuidarse. Si les da el pecho a sus hijos, es más probable que otras mujeres de la comunidad también amamanten a sus bebés. Si no fuma, quizás otras mujeres sigan su ejemplo y no fumen o dejen de fumar. Viva de la misma manera en que les recomendaría a otras personas que vivan.

Una mujer guía a 2 mujeres embarazadas mientras cruzan una puente marcada “Habilidades y conocimientos” hacia un letrero que dice “Una vida mejor”.

Cada quien tiene derecho a controlar su propio cuerpo. Y las personas pueden y deben dirigir sus propios cuidados. De esa forma, se pueden hacer responsables de su salud y la salud de su comunidad.

Hable menos y escuche más

A menudo, una mujer necesita que alguien la escuche sin juzgarla. Y a medida que hable, es posible que descubra que ella misma tiene las soluciones para algunos de sus problemas.

Hable abiertamente sobre los temas difíciles

Algunas mujeres tienen problemas que ellas consideran privados o que les causan timidez, vergüenza o confusión. Eso es frecuente sobre todo cuando se trata de problemas familiares o de sexo. Si una partera habla de esos temas abierta y honestamente, descubrirá que muchas otras mujeres tienen los mismos problemas. Si usted habla con las mujeres de una forma tranquila y directa acerca de las familias, la sexualidad y la salud sexual, les ayudará a sentirse menos solas. Además, tal vez les ayude a solucionar problemas que tienen un gran efecto sobre la salud.

Proteja la vida privada de las mujeres

Nunca hable con nadie más sobre la salud y los cuidados de otra persona, a menos que esa persona le dé permiso. Y cuando hable con las mujeres acerca de su salud, hágalo en un lugar privado, donde los demás no las puedan oír.

2 mujeres conversan entre sí.
Nunca le contaré a nadie más lo que me dijiste.
Gracias. Es un alivio poder hablar abiertamente.
Una partera no debe decirle a nadie lo que ella sabe acerca de una mujer.

Proteja la vida privada de una mujer sobre todo en cuestiones que podrían ser delicadas para ella, como infecciones de transmisión sexual, abortos o pérdidas, y problemas familiares. Usted nunca debe darle ese tipo de información a nadie más sin el permiso de la mujer.

Sólo hay una situación en que está bien compartir información sobre la salud de una persona: si otro trabajador de salud está atendiendo a la mujer en una emergencia, ese trabajador necesitará saber la historia médica de la mujer para poder darle los cuidados más seguros y eficaces.