Hesperian Health Guides

Trabajar para mejorar la salud de las mujeres

En este capítulo:

El trabajo de las parteras no sólo consiste en atender los problemas de salud a medida que se presentan. Esos problemas tienen muchas causas. Algunas son físicas y otras son sociales, económicas o políticas. Si usted trata las causas sociales, económicas y políticas, podrá prevenir muchos problemas de salud y proteger a más mujeres de la comunidad.

Pero una partera sola no puede tratar las causas sociales y mejorar la salud de las mujeres. Necesita trabajar con la comunidad entera. Cuando la gente trabaja en conjunto los aportes de todos ayudan a entender las causas de los problemas y a encontrar soluciones. Vea ideas de cómo colaborar con los demás para lograr cambios.

Las parteras con experiencia no dejan de aprender

Muchas personas influyen en la salud de una mujer. Para atender a una mujer, usted también necesita trabajar con esas personas.

Éstas son algunas de las personas que influyen en la salud de una mujer:

  • su esposo, sus hijos, sus padres y otros parientes.
  • las personas con quienes o para quienes trabaja.
  • sus vecinos y sus amigos.
  • los líderes de la comunidad, como por ejemplo, sacerdotes, funcionarios del gobierno y autoridades del pueblo.
  • otros trabajadores de salud, como curanderos, doctores y promotores de salud comunitarios.
Un grupo grande de hombres y mujeres rodean a una mujer.
La comunidad entera puede proteger, o dañar, la salud de una mujer.

Todas las personas que influyen en la forma en que una mujer trabaja, come, tiene (o no tiene) relaciones sexuales o atiende sus necesidades diarias, afectan la salud de la mujer. A veces el efecto es bueno: protege o mejora la salud de la mujer. A veces es malo: pone en peligro la salud y el bienestar de la mujer.

Tal vez no sirva de nada que le diga a una mujer embarazada que necesita comer más, si su esposo siempre come primero y no sobra suficiente comida para ella. Es posible que ella misma piense que el hambre de su marido y de sus hijos es más importante que el de ella. ¿A quiénes más podría usted involucrar para tratar de mejorar la alimentación de una mujer, si ella no tiene suficiente que comer?

  • al esposo de la mujer, que come primero. Tal vez podría explicarle cuánto necesita comer una mujer embarazada.
  • a los hombres de la comunidad, que suponen que deben comer primero. Tal vez el esposo de la mujer esté más dispuesto a cambiar si otros hombres también cambian. Usted podría tener una reunión de hombres y mujeres para discutir por qué las mujeres embarazadas necesitan comer más para estar sanas. Si un hombre de la comunidad reconoce que las mujeres necesitan por lo menos la misma cantidad de comida saludable que los hombres, abrirá las puerta para los demás.
  • a los niños, que pronto se convertirán en padres y madres. Cada vez que un hombre come primero y más, y una mujer come al último y menos, sus hijos ven y aprenden que el hambre de los hombres es más importante que el hambre de las mujeres. Si usted habla con grupos de niños de edad escolar o cambia la forma en que come su propia familia, tal vez la próxima generación aprenda a valorar a los hombres y a las mujeres de una forma más igualitaria.


¿A quiénes podría involucrar para garantizar que haya suficiente comida para toda la gente?

Trabajen juntos para salvar vidas

Cuando las parteras trabajan con toda la comunidad, pueden encontrar soluciones para ayudar a las mujeres que atienden —o para ayudar a toda la gente de la comunidad. Ésta es una historia verdadera:

Una solución ingeniosa

En las aldeas del África Occidental, cuando una mujer tiene un problema durante el parto, es muy difícil que ella llegue a un hospital. Muy pocos de los aldeanos tienen automóviles y la mayoría de los taxistas se niegan a llevar a las mujeres que están de parto. Cuando una mujer está en peligro, su partera casi no tiene formas de ayudarle.

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Algunas parteras y aldeanos se pusieron a hablar de este problema y encontraron una solución ingeniosa. Cerca de la aldea había una carretera grande. Todo el día y toda la noche pasaban camiones, llevando productos a la ciudad. Alguien sugirió que si una mujer necesitaba ayuda durante el parto, quizás podría irse al hospital en uno de los camiones.

Para que el plan funcionara, los aldeanos tenían que asegurarse de que los camioneros estuvieran dispuestos a detenerse cuando fuera necesario. Por eso, hablaron con una persona del sindicato de los camioneros. Los miembros del sindicato estuvieron muy dispuestos a ayudar y ahora tienen un sistema sencillo y eficaz.

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Cuando una mujer necesita llegar a un hospital, la partera clava una bandera amarilla cerca de la carretera. Cuando uno de los camioneros ve la bandera, se detiene para recoger a la mujer y a su partera, y las lleva al hospital de la ciudad.

Gracias a que las parteras colaboraron entre sí y con otros aldeanos, con los camioneros y con el sindicato, ellas han ayudado a salvar vidas.