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Las parteras y la salud comunitaria

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En este capítulo:

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Durante miles de años, desde mucho antes de que existieran doctores u hospitales, las parteras han estado ayudando a las mujeres a mantenerse sanas, ayudando a los bebés a nacer y ayudando a las familias a crecer. Si le pregunta a una mujer por qué prefiere los cuidados de una partera, ella le dirá que las parteras saben mucho, tienen paciencia y respetan las tradiciones de las mujeres.

¿Por qué las parteras son trabajadoras de salud tan importantes y apreciadas?

  • Las parteras tienen fe en la seguridad del embarazo y el parto, y confían en que las mujeres pueden trabajar juntas para proteger su propia salud.
  • Las parteras muchas veces viven en la comunidad donde trabajan, así que las familias que atienden las conocen y les tienen confianza.
  • En comparación con los médicos o los trabajadores de las clínicas, muchas parteras les dedican más tiempo a las mujeres que atienden. Eso ayuda a las parteras a entender mejor las necesidades de las mujeres y a reconocer los signos de peligro.
  • La mayoría de las parteras son mujeres. Muchas mujeres prefieren hablar con un trabajador de salud que también es mujer.
  • Las parteras cobran menos que la mayoría de los doctores o los hospitales. Ellas están más interesadas en servir a la comunidad que en conseguir dinero o poder.
  • En las comunidades pobres, donde hay pocos servicios médicos, muchas veces las parteras son las únicas trabajadoras de salud.


Por todas estas razones, en la mayor parte del mundo, las mujeres buscan la ayuda de una partera cuando necesitan atención con el parto o cualquier problema de salud. Sin embargo, este trabajo importante les presenta muchos desafíos a las parteras.

Desafíos

Quizás el mayor desafío para las parteras (y para todos los trabajadores de salud) es combatir las enfermedades y la muerte de las mujeres y sus bebés. Cada año, cientos de miles de mujeres mueren durante el embarazo y el parto. Millones más sufren daños a la salud o discapacidades. La mayoría de las mujeres afectadas son pobres: no tienen ni suficiente que comer, ni un hogar seguro, ni atención médica adecuada.'

Una mujer habla mientras carga a su bebé.
Trabajo en un restaurante 6 días a la semana y luego me voy a mi casa para cuidar a mi familia. Siempre estoy cansada y mi esposo me pide que ya deje de atender partos.
Pero yo sigo en ese trabajo porque lo hago bien, me encanta y siento que es mi vocación.

La mayoría de las parteras del mundo viven en comunidades pobres y muchas de ellas tampoco ganan lo suficiente para vivir. La gente de cada comunidad debería demostrarles a las parteras lo importante que es su trabajo, apoyándolas de todas las maneras que puedan. A los gobiernos locales también les convendría invertir en las parteras. Es raro que esos gobiernos les den capacitación o materiales e instrumentos adecuados a las parteras, aunque se sabe que ellas atienden a muchas mujeres que no pueden conseguir ningún otro tipo de cuidados médicos.

Además de recibir poco dinero, muchas parteras tienen que luchar para ganarse el respeto que se merecen por su trabajo. Los doctores y otras personas descartan los aportes de las parteras con demasiada frecuencia. Cuando a las parteras no las valoran como integrantes de una comunidad de trabajadores de salud que comparten las mismas metas, se limita su capacidad para atender a las mujeres. De hecho, las parteras pueden quedar excluidas del sistema de salud cuando se prohíbe que una mujer traiga a su partera consigo al hospital en una emergencia.

Las parteras tradicionales enfrentan problemas especiales. Muchos trabajadores de salud profesionales, e inclusive parteras profesionales, piensan que las parteras tradicionales son incompetentes o anticuadas. Las parteras tradicionales pueden saber mucho acerca del parto y ser muy hábiles en el uso de plantas medicinales, técnicas de masaje suave u otras prácticas eficaces y seguras. A medida que más personas abandonan sus pueblos y se van a las ciudades, esas parteras podrían ser de las pocas personas que conservan los conocimientos y las costumbres de la comunidad. Muchas veces, las parteras tradicionales ganan muy poco o no ganan nada por su trabajo; lo hacen porque tienen fe en su importancia. Al igual que otras parteras, también hacen ese trabajo porque quieren mucho a las mujeres y a los bebés, porque quieren aportar sus conocimientos y habilidades a su comunidad, o porque sienten en el alma que ésa es su vocación.

Cómo le puede ayudar Un libro para parteras

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Las parteras necesitan información correcta, que les ayude a proteger la salud y el bienestar de las mujeres, los bebés y las familias. También necesitan estrategias para combatir la pobreza y el trato desigual de las mujeres y para trabajar unidas con otros trabajadores de salud por el bienestar de toda la gente. Nosotras actualizamos Un libro para parteras tomando en cuenta esas necesidades. En esta edición del libro, usted encontrará:

  • información necesaria para atender a las mujeres y sus bebés durante el embarazo, el parto y las semanas después del parto, porque ésa es la labor principal de la mayoría de las parteras.
  • habilidades que sirven para proteger la salud reproductiva de la mujer a lo largo de toda la vida, porque la salud de una mujer es importante, vaya o no vaya a tener un bebé; y porque la salud de la mujer, cuando ella no está embarazada, influirá en la salud y la seguridad de los embarazos y partos que tenga después.
Una mujer habla mientras ella y otra mujer cargan a un bebé.
Mi abuela es partera. Usa plantas medicinales y masaje para ayudar a las mujeres embarazadas.
Yo me fui a la ciudad a estudiar para ser partera y he podido enseñarle a mi abuela algunas nuevas formas de esterilizar instrumentos, reconocer los signos de peligro y disminuir los riesgos del parto.
Pero ella aún me está enseñando los métodos de antes. Muchos de ellos todavía sirven mejor que los nuevos métodos.
  • métodos eficaces y seguros, tanto de la partería tradicional como de la medicina moderna occidental, porque la buena atención durante el embarazo y el parto utiliza lo mejor de la medicina occidental y de las tradiciones de la partería.
  • ideas sobre las formas en que la pobreza y la negación de las necesidades de la mujer perjudican su salud y cómo las parteras pueden trabajar para mejorar esas condiciones, porque si pueden cambiar esas condiciones la salud puede mejorar de forma permanente.
  • sugerencias sobre las formas en que las parteras pueden trabajar juntas y en conjunto con otros trabajadores de salud y con la comunidad entera, porque así los conocimientos de todos aumentan y las acciones para mejorar la salud de las mujeres son más eficaces.


Los elementos básicos de la partería no cambiarán nunca. Las mujeres y las familias siempre necesitarán cuidados compasivos y respetuosos antes, durante y después del parto. Y como a las parteras siempre les aprovecha saber más, esperamos que la información aumentada y actualizada en este libro ayude a las parteras en todos lados a desarrollar nuevas habilidades que pueden salvar las vidas de muchas mujeres. Esperamos además que las parteras dediquen esas habilidades al bienestar de las mujeres, los bebés y las familias que atienden.