Hesperian Health Guides

Capacitacion

En este capítulo:

El método de integración

Siempre que sea posible, conviene capacitar a las personas con discapacidad junto con las que no tienen discapacidad. Por ejemplo:

  • Una niña con discapacidad puede ir al río a aprender a lavar ropa junto con otras muchachas sin discapacidad y sus madres.
  • Un joven con discapacidad puede ir al campo a ayudar a sembrar y cosechar al lado de su padre y sus hermanos.
  • Un niño con discapacidad puede ir a la misma escuela que todos los demás niños y luego tomar algún curso de capacitación especial.
  • Los jóvenes con discapacidad pueden trabajar en un taller o en un equipo de producción como aprendices, igual que los jóvenes sin discapacidad.


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Este joven de Níger, Africa, aprendió talabartería junto con otros jóvenes con discapacidad. El podrá trabajar en casa y vender sus artículos en el mercado. (Foto: Carolyn Watson)

Para un niño con una discapacidad leve o moderada, existen muchas oportunidades para prepararse para ganarse la vida junto con otros niños sin discapacidad, sobre todo si los padres animan al niño y le consiguen oportunidades. Un programa comunitario de rehabilitación puede animar a los maestros, estudiantes, instructores de oficios, artesanos y posibles patrones a darles las mismas oportunidades a los jóvenes con discapacidad que a los demás.

Los jóvenes con discapacidades más severas, tendrán menos oportunidades de obtener una educación o una capacitación integrada. Habrá que buscar otras alternativas, sobre todo en las comunidades que aún no estén dispuestas a ofrecerles las mismas oportunidades que a los demás.

Posibilidades de capacitación especial

Se han probado diferentes métodos para ayudar a las personas con discapacidad a desarrollar ciertas destrezas. A veces, en las ciudades se establecen centros de capacitación especial para los niños con discapacidades parecidas. Entre ellos hay programas para niños sordos y ciegos, y centros para jóvenes con retraso mental. Cada programa escoge las destrezas y actividades que más se acomodan a las limitaciones y habilidades particulares del grupo. Por ejemplo, un programa de capacitación y producción para ciegos quizás se dedique sobre todo a ciertas actividades que dependen del tacto, como el tejido de telas o la producción de tiza (gis).

En los pueblitos, por lo general no es posible reunir a suficientes personas con la misma discapacidad para formar un programa especial de capacitación. Sin embargo, un programa comunitario de rehabilitación puede ofrecer en sus talleres una variedad de oportunidades de capacitación que se pueden adaptar a un gran número de personas con diferentes discapacidades.

Talleres de protección—¿sí o no?

Los ‘talleres de protección’ son centros especiales de capacitación y producción para las personas con discapacidad. La idea de estos talleres es darles la oportunidad para trabajar y ganar un poco de dinero a quienes tienen dificultades en conseguir capacitación o trabajo ‘afuera’.

En el mejor de los casos, estos talleres les ofrecen una valiosa experiencia a los participantes y les sirven como un primer paso hacia una mayor independencia. Ayudan a los participantes a adquirir las destrezas técnicas y sociales, los hábitos de trabajo, la responsabilidad y la confianza que necesitan para poder encontrar trabajo fuera del ‘taller de protección’ o para empezar su propio negocio.

En el peor de los casos, estos talleres atrasan el desarrollo de los participantes y acaban con su espíritu. Muchas veces, los directores de estos programas tratan a los trabajadores como niños o esclavos y les dan las mismas tareas simples y aburridas día tras día y año tras año. Los trabajadores no participan en la planificación, organización ni dirección del programa. Simplemente reciben órdenes. Cada vez dependen más del centro y temen que su discapacidad no les permitirá salir adelante por sí mismos en el mundo exterior.

Quizás la diferencia principal entre los mejores y los peores talleres de protección sea la cuestión de control e igualdad. Si los trabajadores toman parte en la dirección y en las decisiones que afectan a su propio programa, crecerán y madurarán junto con él. Tal vez hagan más ‘errores’ que en un programa controlado y dirigido por ‘jefes’, pero aprenderán de sus errores. Al mismo tiempo que desarrollen destrezas artesanales, aprenderán a tomar decisiones, a resolver problemas y a trabajar bajo un sistema democrático en un grupo pequeño—habilidades esenciales para mejorar la vida en el mundo entero.

Trabajador dental con un brazo ve dentro de la boca de una niña.
Un joven con un solo brazo trabaja como promotor dental en el Proyecto Piaxtla. Aquí lo vemos taladrando un diente para luego empastarlo. (México)

Puede ser que un programa de rehabilitación dirigido por personas con discapacidad tenga algunas características de un taller refugio. Quizás ofrezca una capacitación especial y oportunidades de trabajo que se acomoden al ritmo, habilidades y limitaciones de cada participante. Puede que el ambiente sea tan agradable como el de un ‘hogar’ o una ‘familia’, por lo cual quizás algunas personas prefieran quedarse a trabajar allí, en vez de enfrentarse al mundo exterior para comenzar algo nuevo. Sin embargo, por ser un programa dirigido por personas con discapacidad, en el cual las decisiones importantes se toman en grupo, lo más probable es que sea una experiencia digna y liberadora.

Aún más liberador sería un programa en el cual trabajaran juntas las personas con y sin discapacidades, compartiendo por igual las decisiones y responsabilidades.


Los niños con las piernas paralizadas, muchas veces tienen los brazos y las manos muy fuertes. Pueden hacer muchos trabajos tan bien como cualquier otro niño.
Hombre parado y niño en una silla de ruedas trabajando con un bastón.
Niño acostado boca abajo en una tabla trabaja con una bicicleta, llantas en mano.
Aquí, 2 jóvenes que tuvieron polio, construyen unas persianas de caña para la casa modelo de PROJIMO. Este niño que está parapléjico enraya la rueda de una silla. Anda en una camilla con ruedas porque tiene llagas de presión en las nalgas.

Combinación del trabajo y la terapia

Siempre que sea posible, busque un trabajo que le ayude a la persona con discapacidad a integrarse en la vida de la comunidad y que a la vez le sirva de ejercicio o terapia. Aquí tiene un ejemplo del programa de rehabilitación comunitaria de Sarvodaya, en Beruwala, Sri Lanka.

Con la ayuda de su familia y de un voluntario de rehabilitación, esta niña con parálisis cerebral aprendió a hacer cuerda (mecate) con la fibra del coco (yute). Esta es una labor común en su pueblo, así que ella puede trabajar con otras personas de la comunidad.
Chica con manos espásticas trabaja con fibra vegetal.
Chica sentada a la llanta para hacer cuerda.
Separar y preparar las fibras es una buena terapia para sus manos espásticas. Torcer la fìbra con esta rueda para hacer el cordón le ayuda a mover los brazos suavemente en un círculo. Ella hace así una excelente terapia al mismo tiempo que trabaja.




Esta página se actualizó el 01 feb 2021