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Ayudar a la madre a dar a luz
WikiSalud > Un libro para parteras > Capítulo 12: La madre puja y nace el bebé: la segunda etapa del parto > Ayudar a la madre a dar a luz
Sumario
- 1 Evitar que se desgarre la abertura vaginal
- 2 Aspirar la boca y la nariz al bebé, si es necesario
- 3 Revisar el bebé para ver si tiene el cordón enrollado en el cuello
- 4 Ayudar a que salgan los hombros del bebé
- 5 Recibir el cuerpo del bebé y darle el bebé a la madre
- 6 Excremento en las aguas amnióticas (verdes o amarillas)
- 7 Cortar el cordón cuando se ponga blanco y deje de pulsar
Evitar que se desgarre la abertura vaginal
Es posible que la abertura vaginal de la madre se desgarre cuando salga la cabeza del bebé.
Algunas parteras nunca tocan la vagina ni tocan al bebé durante el parto. Ése es un buen hábito porque su intervención puede causar infecciones, lesiones o sangrado. Pero tal vez usted pueda prevenir un desgarro si sostiene la vagina durante el parto.
Muchas veces la vagina se desgarra aunque se haya intentado evitarlo.
Para cortar la cicatriz de una circuncisión
En algunas comunidades, es frecuente la circuncisión de las niñas (a veces llamada corte de los genitales femeninos). El corte de los genitales femeninos produce cicatrices que quizás no se estiren lo suficiente para dejar que el bebé salga.
Si a la madre le hicieron un corte en los genitales, tal vez sea necesario que usted abra la cicatriz con otro corte antes de que la cabeza del bebé empiece a coronar. Vea más información sobre el corte de los genitales femeninos y la forma de cortar la cicatriz de una circuncisión.
Usted no debe cortar la abertura vaginal para dejar que el bebé salga, excepto en las mujeres que tienen una cicatriz en los genitales o en una emergencia. Para averiguar cómo cortar la abertura vaginal en una emergencia, vea aquí.
Sostener la abertura vaginal
Estas instrucciones se pueden usar cuando el bebé esté en la posición más frecuente: dando la cara hacia la espalda de la madre.
- Lávese bien las manos y póngase guantes esterilizados.
- Con una mano, empuje firmemente el perineo (la piel entre la abertura vaginal y el ano). Esa mano mantendrá agachado el mentón del bebé—para que la cabeza salga con más facilidad. Use un pedacito de tela o de gasa para cubrir el ano.
- Con la otra mano, mueva con cuidado la coronilla del bebé para abajo, hacia las nalgas de la madre, y para afuera.
Poner paños calientes
Los paños calientitos, puestos alrededor de la abertura de la vagina, ayudan a llevarle sangre a la piel. Eso la vuelve más suave y elástica.
- Hierva agua en una olla durante 20 minutos para matar los microbios. Si puede, añádale un poco de desinfectante (como yodo o Isodine). Si no tiene desinfectante, añádale un poco de sal al agua. Deje que el agua se enfríe un poco antes de que la use. El agua debe estar caliente, pero no tanto que queme a la madre.
- Remoje un paño limpio en el agua y luego exprímalo.
- Oprima el paño suavemente contra los genitales de la madre.
Ayudar a la cabeza a salir despacio
Si la cabeza del bebé sale despacio, la vagina de la madre tiene más tiempo para estirarse y por eso es menos probable que se desgarre. Para que la cabeza salga más despacio, ayude a la madre a dejar de pujar o hacer pujos pequeños justo antes de que la cabeza corone.
Ayude a la madre a dejar de pujar
Las ganas de pujar pueden ser muy fuertes, así que no siempre es fácil que la madre se detenga. Es mejor advertirle a la madre que le va a pedir que deje de pujar antes de que el bebé corone.
Cuando quiera que la madre deje de pujar, dígale que sople rápido y con fuerza. (Es difícil soplar y pujar al mismo tiempo). O, si la cabeza del bebé no está saliendo y la mamá puede controlar el pujar, pídale que dé pequeños pujos entre las contracciones y luego parar y soplar durante las contracciones. Eso le dará tiempo a la piel de estirarse. Con cada pequeño pujo, la cabeza debe salir cuando mucho 1 centímetro más. Un centímetro es así de largo:Una vez que salga la parte más ancha de la cabeza, es posible que el resto salga sin que la madre tenga que pujar más.
¡Deja de pujar! ¡Sopla! ¡Sopla! ¡Sopla! ¡Sopla!
¡Fuuu! ¡Fuuu! |
Bien. Esta vez puja sólo un poquito.
¡Despacito! Muy bien. |
Ya es suficiente. Deja de pujar y sopla. Sigue soplando.
En un minuto, otro pujo suavecito… muy bien. |
¿Ya pasó la contracción? Descansa. Ya casi sale la cabeza.
Fuuu. Aquí viene otra.
|
¡Despacito! ¡Sí! Ya viene — ¡deja de pujar!!
|
¡Y aquí está la cabeza! ¡Qué hermosa! |
¡ADVERTENCIA!
No retrase la salida de la cabeza si:
- salió un chorro de sangre antes de que naciera el bebé.
- hay prolapso del cordón.
- el corazón del bebé está latiendo muy despacio.
- usted piensa que el bebé podría estar en peligro.
En cualquiera de esas circunstancias, el bebé necesita nacer lo antes posible.
Aspirar la boca y la nariz al bebé, si es necesario
Una vez que la cabeza haya salido, pero antes de que el resto del cuerpo nazca, tal vez sea necesario aspirarle la boca y la nariz del bebé para ayudarle a respirar. Si el bebé tiene un poco de moco o agua en la boca o en la nariz, usted puede limpiárselas cuidadosamente con un dedo enrollado en un paño limpio. No es necesario aspirárselas.
Un bebé que hubiese respirado un poco de aguas se le debe mantener con su cabeza un poco más bajo que el resto del cuerpo, para que el líquido salga.
Si las aguas estaban amarillas o verdes significa que el bebé podría tener meconio (excremento) en la boca y nariz, lo que podría entrar en los pulmones cuando empieza a respirar. Usted debe estar preparada para limpiarle la boca al bebé con un aspirador de moco o con una perilla de hule (algunas veces llamada perilla o jeringuilla para el oído).
Pero recuerde que no es necesario aspirarles la boca a la mayoría de los bebés. La aspiración puede hacer que el bebé tenga problemas para respirar. Use la aspiración únicamente cuando haya meconio.
Revisar el bebé para ver si tiene el cordón enrollado en el cuello
Si hay una pausa entre la salida de la cabeza y la salida de los hombros, vea si el bebé tiene el cordón enrollado en el cuello. Si el bebé tiene el cordón alrededor del cuello, pero el cordón está suelto, páseselo por encima de la cabeza o de los hombros.
Si el cordón está muy apretado o si le da más de una vuelta al cuello, trate de soltarlo y pasarlo por encima de la cabeza del bebé.
Si no puede soltar el cordón usted tendrá que sacar al bebé para que el cuerpo dé vuelta alrededor del cordón. Cuando la cabeza empiece a salir, manténgala cerca del muslo de la madre y deje que el cuerpo del bebé dé una vuelta alrededor de la cabeza. Un vez que el bebé esté afuera usted puede desenrollar el cordón dejando que la sangre atrapada fluya hacia el bebé.
Es muy raro que un cordón apretado impida que un bebé nazca. Si los hombros del bebé ya han salido, el cordón debe ser lo suficiente largo para que el cuerpo nazca también. Si la cabeza del bebé ha salido y el cuerpo no está saliendo, lo más probable es que los hombros estén atorados.
Si usted corta el cordón antes del nacimiento, el bebé no tendrá oxígeno hasta que empiece a respirar, lo cual creará una emergencia. En el caso muy raro que usted tendrá que cortar el cordón antes del nacimiento del bebé, use pinzas hemostáticas y tijeras redondeadas para comprimir y cortar el cordón. Si no tiene esos instrumentos, use hilo limpio y una hoja de afeitar esterilizada. Tenga mucho cuidado de no cortar a la madre ni el cuello del bebé.
pinzas hemostáticas | tijeras redondeadas |
¡ADVERTENCIA! Si corta el cordón antes de que nazca el bebé, la madre tendrá que pujar con fuerza para sacar al bebé rápido. Sin el cordón, el bebé estará sin oxígeno hasta que empiece a respirar.
Ayudar a que salgan los hombros del bebé
Después de que salga la cabeza y el bebé voltee la cara hacia la pierna de la madre, espere la siguiente contracción. Pídale a la madre que puje un poquito en cuanto sienta la contracción. Generalmente, los hombros saldrán sin ningún problema.
Se atoran los hombros del bebé
A veces los hombros del bebé no salen porque un hombro está atorado detrás del pubis de la madre.
Generalmente hay signos de advertencia antes de que eso suceda. Tal vez la madre tenga que pujar mucho y muy fuerte para que la cabeza salga, en vez de que salga fácilmente después de que corone. Quizás el mentón no salga por completo. A veces se ve como si el cuerpo de la madre jalara la cabeza otra vez para adentro, como una tortuga que mete la cabeza en su caparazón.
A veces, cuando la cabeza sale, queda muy pegada a los genitales de la madre. Quizás el bebé no voltee la cara hacia la pierna de la madre. Los hombros no saldrán aunque la madre puje muy fuerte.
¡Un bebé está en peligro si se le atoran los hombros! La presión de la vagina contra el cuerpo del bebé hace que fluya sangre a la cabeza del bebé. Primero la cabeza se pone azul y luego morada. Después de varios minutos, es posible que los vasos sanguíneos del cerebro del bebé empiecen a romperse y a sangrar a causa de la presión; eso le causará daño cerebral. Con tiempo, el bebé morirá.
Qué hacer
Tal vez usted tenga que hacer cosas que le causen dolor a la madre, pero que son necesarias para salvarle la vida al bebé y para evitar que se le dañe el cerebro. Usted necesita actuar rápidamente. Cuando usted esté trabajando asegúrese de tranquilizar a la madre para ayudarla a mantenerse relajada.
Aquí tiene 4 métodos para ayudar a los hombros a salir. Pruebe un solo método a la vez, en el orden en que aparecen aquí.
-
La madre se pone a gatas.
Pídale a la madre que se ponga a gatas.
Sostenga la cabecita del bebé y jálela suavemente para abajo, hacia el vientre de la madre, mientras cuenta hasta 30. Cuando vea el hombro, jale suavemente para arriba y atienda el resto del parto de una forma normal. Si este método no le da resultado, pruebe el siguiente. -
Presionar con las manos arriba del pubis.
Mueva a la madre rápidamente hasta la orilla de la cama. Si ella está en el piso, póngale algo debajo de las caderas para levantarlas del piso. Usted va a necesitar espacio para la cabeza del bebé cuando la jale para abajo.
Ayude a la madre a agarrarse las rodillas y jalarlas lo más para atrás que pueda. Pídale a sus ayudantes que detengan las piernas de la madre en esa posición.
Pídale a un ayudante o a cualquier otra persona que esté presente que empuje con fuerza justo arriba del pubis de la madre—no el vientre de la madre. El ayudante debe empujar para abajo con fuerza.Pídale a la madre que puje con toda la fuerza que tenga.
Sostenga la cabeza (no el cuello) del bebé y jálela suavemente para abajo, mientras cuenta hasta 30. Cuando salga el hombro, jale la cabeza suavemente para arriba y atienda el resto del parto.
Si este método tampoco le da resultado, pruebe el siguiente.
-
Empujar los hombros del bebé desde adentro.
Con la madre aún a gatas, meta una mano enguantada en la vagina y guíese por la espalda del bebé. Ponga los dedos detrás del hombro más cercano a la espalda de la madre.
Empuje el hombro hacia adelante hasta que se mueva a un lado.
Ayude al bebé a salir de la manera acostumbrada, jalando hacia abajo mientras cuenta hasta 30.
Si este método tampoco le da resultado, pruebe el siguiente. -
Jalar el brazo del bebé para sacarlo por la vagina.
Meta una mano en la vagina y muévala a lo largo de la espalda del bebé.
Pase la mano hacia el frente del cuerpo del bebé, dóblele el bracito y tómele una mano. Jale la mano de modo que le atraviese el pecho y salga por la vagina. Es algo muy difícil de hacer. Tenga mucho cuidado de no empujar la clavícula del bebé hacia adentro ya que esto puede causar lesiones y sangrado dentro del bebé.
Ahora el bebé podrá nacer fácilmente. Agarre el cuerpo del bebé (no el brazo) y ayude al bebé a salir.
Si ninguno de los métodos le dan resultado, es mejor que le rompa la clavícula al bebé para sacarlo en vez de dejarlo morir. Meta un dedo, engánchelo en la clavícula del bebé, jale para arriba, hacia la cabeza del bebé, y rompa el hueso. Será necesario que jale muy fuerte.
¡ADVERTENCIA! Nunca hay que darle tirones al cuello del bebé ni doblarlo demasiado. Los nervios del bebé podrían desgarrarse. A los bebés que se atoran generalmente les cuesta trabajo respirar una vez que nacen. Prepárese para ayudar al bebé a respirar.
Recibir el cuerpo del bebé y darle el bebé a la madre
Por lo general, una vez que salen los hombros, el resto del cuerpo del bebé sale sin ningún problema. Recuerde que a la hora de nacer, los bebés están mojados y resbalosos. ¡Tenga cuidado de no dejar que el bebé se le caiga!
Seque rápidamente al bebé con un trapo limpio y si le parece que todo está bien, ponga al bebé sobre el vientre de la madre, piel a piel. Esta es la mejor manera de mantener calientito al bebé. No se necesita esperar hasta que salga la placenta o se corte el cordón. Tape al bebé con una frazada limpia. Asegúrese de que tenga la cabeza tapada con la frazada o un gorro.
Los bebés deben tomar el pecho pronto después del nacimiento. Un bebé puede mostrar que está listo para tomar el pecho al mover su boca o al hacer ruiditos con sus labios. Ayude a la madre a empezar a dar el pecho.
Después del nacimiento, un bebé debe mantenerse piel a piel con su mamá por al menos una hora, sin ser separado.
Excremento en las aguas amnióticas (verdes o amarillas)
Si las aguas estaban verdes o amarillas, significa que el bebé obró en la matriz. Si el excremento entra en los pulmones del bebé, puede dañarlos. La condición del bebé al nacer es lo que le indica si existe ese peligro.
Si el bebé está en buena condición usted puede entregarlo directamente a los brazos de la madre:
- fuerte (buen tono muscular, no músculos aguados)
- respirando o llorando
- latidos del corazón sobre 100 latidos por minuto
Si el bebé necesita ayuda, usted debe aspirarle la boca y garganta antes de que empiece a respirar:
- débil y aguado, como una muñeca de tela
- no respira
- latidos del corazón por debajo de 100 latidos por minuto
La mejor manera de aspirarle a un bebé es usar un aspirador de moco o una perilla de hule. Cualquiera de ambos que use, debe estar esterilizado (vea sobre cómo esterilizar instrumentos).
Cómo usar un aspirador del moco
Primero, ponga el tubo que casi llega hasta el fondo del frasco en la boca del bebé. El tubo no debe bajarle más de 10 centímetros (4 pulgadas) por la garganta.
Chupe el otro tubo mientras mueve el primer tubo dentro de la boca del bebé. El líquido que esté en la boca o en la nariz del bebé caerá en el frasco, pero no llegará a la boca de usted. Después de que le limpie la boca al bebé, límpiele la nariz de la misma forma.
Cómo usar una perilla de hule
Esterilice la perilla de hule antes de usarla. Aspire la boca y la garganta hasta que ya no tengan moco. Luego aspire la nariz. (Antes de que use la perilla en un parto, le conviene ensayar su uso aspirando agua).
Deje de apretar la perilla y, al mismo tiempo, muévala por la garganta y la boca.
La perilla aspirará el moco. (No apriete la perilla mientras esté en la boca del bebé).
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Apriete la perilla. | Meta la perilla con cuidado en la garganta del bebé. | Apriete la perilla para sacarle el moco. |
Cortar el cordón cuando se ponga blanco y deje de pulsar
¡Espere! | Está bien que lo corte. |
Cómo hacer un nudo llano: | |
la primera lazada de un nudo llano | |
la segunda lazada de un nudo llano | |
De derecha sobre la izquierda, de izquierda sobre la derecha, se hace un nudo llano y se apreta. |
Cómo cortar el cordón
Use hilo esterilizado o una pinza esterilizada para amarrar o comprimir bien el cordón más o menos a una distancia del ancho de 2 dedos de la barriga del bebé. (Si se corta el cordón lejos del cuerpo, el bebé corre mayor riesgo de tétanos o trismo). Haga un nudo llano (nudo de rizo).
Haga otro nudo o ponga otras pinzas esterilizadas un poco más allá de donde haya comprimido el cordón la primera vez.
Corte el cordón entre los nudos o las pinzas con una hoja de rasurar, unas tijeras o un cuchillo esterilizados. (Puede usar cualquier objeto que sea suficientemente filoso, siempre que lo haya esterilizado usando uno de los métodos mostrados aquí.
Deje puesto el nudo o la pinza hasta que se caiga el pedacito que queda del cordón. Eso generalmente ocurre durante la primera semana.
¡ADVERTENCIA! No le ponga tierra ni estiércol al cordón! La tierra y el estiércol no lo protegen. Al contrario, pueden causar infecciones graves. Para proteger el cordón, manténgalo limpio y seco.