Hesperian Health Guides

Problemas particulares de conducta en algunos niños con discapacidad

En este capítulo:

Berrinches

Los berrinches son ataques de gritos, lloriqueos y acciones furiosas o destructivas. El niño puede tratar de quebrar, tirar, patear, morder o dañar a cualquier persona o cosa que esté cerca—a veces hasta a sí mismo.

Los berrinches pueden aterrar tanto al niño como a la familia. Después de que empieza el berrinche, es difícil razonar con el niño o calmarlo. Por lo general un castigo sólo empeora el berrinche.

Los niños—incluyendo algunos niños retrasados o con discapacidad física—pueden aprender a usar los berrinches para conseguir lo que quieren. La niña Erica es un ejemplo. Aquí tiene otro:

A Tomasito lo dejaron jugando solo. El trata de conseguir que su mamá le preste atención. Así que hace un berrinche. Por miedo a que se lastime, su mamá viene corriendo a verlo. Ahora Tomasito tiene toda su atención.
Kwame llama a su madre, quien responde desde el otro lado de el cuarto.
Ga-ga.
Ahorita estoy muy ocupada, tomasito.
Kwame hace un berrinche.
Mamá consolando a Kwame.
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NEGAR LA ATENCION AQUI
Y DARLA AQUI
REFUERZA LA ’MALA’
CONDUCTA


De esta manera los niños descubren que los berrinches les dan buenos resultados. Para que el niño haga menos berrinches, hay que ayudarle a encontrar otras formas de mostrar lo que quiere y lo que le da miedo. Lo más importante es que los padres premien la conducta aceptable y al mismo tiempo, no le hagan caso al niño cuando haga un berrinche. Vamos a ver cómo aprendió la mamá de Tomasito a hacer esto:

Cuando Tomasito actúa de buen modo: Pero cuando hace un berrinche:
Kwame llama a su madre, que se acerca y le habla.
Ga-ga.
¿Que tienes, Tomasito? ¿Me queres ayudar?
Ten un poco de masa. Me puedes ayudar a hacer pan.
Kwame hace un berrinche.
La madre de Kwame hablando.
Ni modo, hijo. No me gusta estar contigo cuando gritas asi.
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DAR ATENCION
Y NEGARLA AQUI
REFUERZA A LA
BUENA CONDUCTA

Así, premiando la buena conducta de Tomasito y negándole la atención cuando hacía berrinches, su mamá le ayudo a entender que los berrinches ya no le conseguían lo que él quería. Al principio hizo peores berrinches que nunca. Pero cuando dejaron de darle resultado, poco a poco dejó de hacerlos. Descubrió que otras formas de comunicación le daban mejores resultados.

Qué hacer cuando el niño deja de respirar

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“¡Todo eso de no prestarle atención al niño cuando hace un berrinche suena muy bien. Pero cuando mi niño se enoja, deja de respirar y se pone azul. Ni modo que lo deje que se muera!”

Aun en este caso es mejor no hacer nada para que el niño aprenda a no hacer tantos berrinches.

Al niño no le va a pasar nada si detiene la respiración. Cuando mucho, se desmayará y volverá a respirar normalmente, mucho antes de que la falta de aire le cause algún daño.

Una vez que el niño se dé cuenta de que dejando de respirar asusta y confunde a sus papás, es probable que lo haga cada vez que se enoje. (Muchos niños completamente normales lo hacen.) Así que es importante que no nos mostremos preocupados cuando el niño detiene la respiración y se pone azul. Es mejor que esperemos a que deje de tratar de asustarnos y empiece a respirar normalmente. Y entonces podemos mostrarle cuánto lo queremos. Pero no mientras está deteniendo la respiración.

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Qué hacer cuando el niño se golpea la cabeza, se muerde o se lastima de alguna otra forma

Los niños pueden hacer estas cosas por la misma razón que dejan de respirar— para asustar y castigar a sus padres.

Pero a veces, los niños con daño cerebral, epilepsia o problemas mentales graves pueden acostumbrarse a morderse, golpearse la cabeza, jalarse el pelo o lastimarse de alguna otra forma.

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Para detener a un niño que se está lastimando, agárrelo por atrás, con fuerza pero tranquilamente, de manera que no lo vea y reciba de usted la menor atención posible.

Cualquiera que sea la causa, no es posible ignorar estos actos. Los padres deben buscar el modo más sencillo y tranquilo de impedirle al niño que se hiera a sí mismo. Por ejemplo, le pueden detener los brazos para que no se muerda.

Muchas veces es posible resolver estos problemas usando el método para mejorar la conducta. Tenga cuidado de no emocionarse o darle al niño más atención cuando se está lastimando. Al mismo tiempo, haga un esfuerzo por premiar la buena conducta y por ayudarle al niño a ganar confianza en sí mismo, a aprender cosas nuevas, a jugar con juguetes y con otros niños y a actuar de una forma amistosa con la demás gente. Claro que la habilidad mental de algunos niños no les permitirá aprender muchas cosas o jugar. Pero es posible ayudar a estos niños a dejar de lastimarse mostrándoles mucho afecto, abrazándolos, platicándoles, cantándoles y haciendo con ellos las cosas que les gustan cuando no se están hiriendo. Si premia a un niño cuando deja de lastimarse, puede ayudarle a no actuar tanto de esa manera. Pero asegúrese de premiar y prestarle atención al niño aún más cuando ha pasado algún tiempo sin herirse. Si es posible, consiga que lo aconseje un sicólogo infantil.


Esta página se actualizó el 01 feb 2021