Hesperian Health Guides

Problemas de salud mental frecuentes

En este capítulo:

Hay muchos tipos de problemas de salud mental, pero los más frecuentes son la angustia, la depresión, las reacciones al trauma y el abuso del alcohol o las drogas.

Depresión (sentirse sumamente triste o no sentir nada)

una mujer camina sola y parece triste.

La depresión afecta a casi 5 de cada 10 mujeres con discapacidad, comparada con más o menos 2 de cada 10 personas sin discapacidad. Esto no sorprende porque muchas niñas con discapacidad nunca tienen la oportunidad de estudiar, desarrollar confianza en sí mismas, o aprender a hacer cosas para ellas mismas. A medida que envejecen, la probabilidad de que se sientan tristes o deprimidas aumenta debido a las barreras sociales y los cambios en la salud que les impiden hacer tantas cosas como antes.

Signos:
  • sentirse triste la mayor parte del tiempo
  • dormir demasiado o no dormir bien
  • dificultad para pensar con claridad
  • falta de interés en las actividades placenteras, la comida o el sexo
  • problemas físicos, como dolores de cabeza o problemas digestivos, que no se deben a una enfermedad
  • falta de energía para las actividades diarias
  • pensar en la muerte o el suicidio

La depresión no dura para siempre, aunque eso es difícil de creer cuando una está deprimida. Vea sugerencias para superar la depresión.

Envejecimiento

Su cuerpo seguirá cambiando a medida que usted vaya envejeciendo. Sus quehaceres diarios le tomarán más tiempo, algunas discapacidades empeorarán y tal vez sufra discapacidades ‘secundarias’ por haber expuesto ciertas partes del cuerpo al
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esfuerzo excesivo. A medida que vaya envejeciendo, tendrá más problemas con el cuerpo y tendrá que adaptar frecuentemente la manera en que hace las cosas. Quizás usted sienta que estos cambios constantes le están volviendo cada vez más dependiente de la ayuda de los demás. Esos sentimientos podrían afectar su autoestima. Vea el Capítulo 13 sobre el envejecimiento.


Si se siente triste casi todo el tiempo, si no puede dormir o si cambia de humor sin mayor motivo, hable con algún pariente de confianza o con un trabajador de salud.

Angustia (sentirse nerviosa o preocupada)

Si el nerviosismo o la preocupación continúan mucho tiempo o se vuelven más intensos, es posible que usted tenga un problema de salud mental. (La gente muchas veces también llama a la angustia “nervios”, “ataques de nervios” o “ansiedad”.)

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Signos:
  • sentirse tensa o nerviosa sin ninguna razón
  • sudar
  • sentir que el corazón le late con fuerza (sin que tenga una enfermedad del corazón)
  • molestias frecuentes del cuerpo, que no se deben a una enfermedad física y que aumentan cuando usted está alterada o perturbada.


Los ataques de pánico son un tipo intenso de angustia. Ocurren de repente y pueden durar desde varios minutos hasta varias horas. Además de los signos ya mencionados, es posible que usted también sienta terror o espanto, y tal vez tenga miedo de desmayarse o de morir. También podría tener dolor en el pecho, dificultad para respirar y la sensación de que algo terrible está a punto de suceder.

Trauma

Cuando algo horrible le ha sucedido a una mujer, ella ha sufrido un trauma. Algunos de los tipos de trauma más frecuentes son la violencia en el hogar, la violación, la guerra, la tortura y las catástrofes naturales. Los traumas afectan la salud física y mental de la mujer. Como consecuencia, ella se siente en peligro; se siente insegura e indefensa, y piensa que no puede confiar en el mundo ni en la gente a su alrededor. La mujer puede tardarse mucho tiempo en recuperarse de un trauma, sobre todo si lo causó otra persona.

Discapacidades causadas por el trauma

Cuando una mujer queda discapacitada a una edad más avanzada, a causa de una guerra, un accidente o una enfermedad, el cambio repentino puede ser muy duro para ella. Algunas mujeres en esa situación sienten que ya no valen nada, ni para sí mismas, ni para su familia o su comunidad. Si además la mujer sufrió un trauma, es posible que también sienta miedo o que esté trastornada.

Cuando una mujer sufre una discapacidad a una edad avanzada, muchas veces ya recibió una buena educación, desarrolló muchas habilidades y aprendió a confiar en sí misma. Es posible que siempre haya tenido lazos fuertes con otras personas y que espera que los demás la traten con respeto. Al quedar discapacitada, podría tardar en adaptarse a los cambios de su cuerpo. Pero quizás le cueste aun más trabajo adaptarse a los cambios en la manera en que otras personas la ven ahora y en la forma en que ella se ve a sí misma.

Muchas mujeres que sufren una discapacidad a una edad avanzada dicen que tuvieron que tomar la decisión de no darse por vencidas. Aunque estaban conmocionadas y tristes, se dieron cuenta de que tenían opciones para seguir con sus vidas. Vea “La historia de Anita”.

El maltrato es un tipo de trauma

una mujer está arrodillado en el suelo al lado de dos muletas; ella cubre su cara con las manos mientras una niña le toca el brazo.

Las niñas con discapacidad, en particular, corren el riesgo de que alguien en su familia las maltrate de alguna forma. El maltrato (o abuso) sexual ocurre cuando alguien toca a la niña de una manera sexual, o si su padre, hermano, primo o asistente la obliga a tener relaciones sexuales. Otros tipos de maltrato consisten en golpear o lastimar a la niña, humillarla, atenderla con crueldad o negarle atención. El maltrato es un tipo de trauma que es muy dañino para la salud mental de la niña. Si una mujer fue maltratada de niña, los efectos de ese maltrato le pueden durar años.

Muchas mujeres siguen siendo maltratadas ya de adultas per no se quejan porque piensan que no merecen que las traten bien. Para más información sobre el maltrato, vea el Capítulo 14.

Reacciones al trauma

Si usted sufrió un trauma, podría tener muchas reacciones diferentes, como por ejemplo:

una mujer en cama sueña con soldados que la asaltan.
  • revivir el trauma una y otra vez en la mente. Cuando está despierta, quizás recuerde continuamente las cosas terribles que le sucedieron. De noche, es posible que sueñe con esas cosas o que tenga dificultad para dormirse por estar pensando en ellas.
  • sentirse apagada o incapaz de sentir emociones. Quiere evitar a las personas o los lugares que le recuerdan el trauma.
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Las personas que sufren reacciones a un trauma quizás también se sientan angustiadas o deprimidas, o tal vez abusen del alcohol o las drogas.
  • estar muy alerta. Si siempre está atenta al peligro, podría tener dificultad para relajarse y dormir. Tal vez se sobresalte muy fácilmente.
  • sentirse muy enojada o avergonzada por lo que le sucedió. Si sobrevivió a un trauma que causó la muerte de otras personas o que dejó a otras gravemente heridas, quizás se sienta culpable de que otros sufrieron más que usted.
  • sentirse aislada. Quizás le cueste relacionarse naturalmente con otras personas.
  • tener episodios de comportamiento extraño o violento, durante los cuales no está segura de dónde se encuentra.


Muchos de estos signos son respuestas normales a una situación difícil. Por ejemplo, es normal estar enojada de que un trauma ocurrió o estar alerta si la situación aún es peligrosa. Pero si los signos son tan intensos que le impiden hacer sus actividades diarias, o si empieza a tener signos meses después de que haya ocurrido el trauma, usted necesita ayuda.

Ayudas para superar las reacciones al trauma

Si usted sufrió un trauma, tal vez necesite ayuda para:

  • aprender a volver a confiar en la gente.
  • hablar sobre su vida antes del trauma y también sobre sus experiencias actuales. Así podrá darse cuenta de que, aunque la vida haya cambiado bastante, de muchas maneras usted sigue siendo la misma persona que antes.
    una mujer consuela a otra mujer con bastón blanco que parece muy triste.
  • hablar de cosas dolorosas que son muy difíciles de expresar o que están ‘enterradas’ donde no las puede recordar. Las actividades que le permitan expresar sus sentimientos sin palabras, como por ejemplo pintar o dibujar, pueden ayudarle superar el dolor profundo. El masaje y la danza también pueden ser sanadores en tanto ayudan a librar el cuerpo y la mente de memorias de dolor silenciadas.
  • entender sus reacciones. Cuando usted llegue a entender sus reacciones, generalmente podrá manejar mejor sus sentimientos.
  • hacer un plan para enfrentar las situaciones dolorosas que no puede evitar. Si hay cosas y situaciones que le recuerdan el trauma y le causan temor, será útil que se prepare para enfrentar las que no puede evitar. Por ejemplo, podría decirse a sí misma: “Él se parece al hombre que me atacó, pero es otra persona y no quiere hacerme daño”.
  • recordar que usted no es responsable de lo que dijo o hizo si alguien la violó o la maltrató de alguna manera. El único responsable es la persona que la maltrató. Quizás esa persona le haya hecho pensar que usted nunca más volverá a sentirse tan íntegra como antes. Es verdad que toda experiencia fuerte nos cambia de alguna forma, pero con apoyo y cariño es posible superar hasta experiencias muy terribles.

Cuando duerma, tenga cerca un objeto que le haga sentirse segura en su vida actual. Si sueña con el trauma, cuando despierte el objeto le puede ayudar a darse cuenta de que ahora está a salvo.

Si alguien a quien usted conoce sufre un trauma

Si una mujer sufre un trauma, quizás al principio lo mejor sería que sus amigas, parientes y asistentes la acompañen en sus actividades diarias, e incluso las hagan por ella hasta que se recupere. Usted puede mostrarle que está dispuesta a escucharla y que esperará hasta que ella quiera hablar. Después, cuando le parezca apropiado, anímela a que vuelva a hacer las actividades que disfrutaba antes o que eran parte de su rutina diaria.