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Examen del niño con discapacidad
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Después de conseguir toda la información posible por medio de preguntas, el próximo paso es examinar al niño. Siendo lo más amistosos posible, cuidadosamente observamos o examinamos qué partes del cuerpo le funcionan bien, cuáles no y cómo afecta esto la capacidad del niño para hacer las cosas y responder al mundo que lo rodea.
Al examinar a un niño con discapacidad podemos revisar muchas cosas:
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Además, un examen físico completo incluiría una revisión de los sistemas dentro del cuerpo. Aunque usualmente los promotores de salud hacen esta parte del examen si es necesario, los trabajadores de rehabilitación necesitan saber que ciertas discapacidades también pueden afectar los sistemas internos del cuerpo. Dependiendo de la discapacidad, estos podrían incluir:
el sistema respiratorio | el sistema de limpieza del cuerpo (sistema urinario) | el sistema del corazón y la sangre (sistema circulatorio) | el sistema que procesa la comida (sistema digestivo) |
Los trabajadores de rehabilitación necesitan colaborar con los promotores de salud.
Un examen detallado de todas las partes y funciones del niño podría tomar horas o días. Pero afortunadamente, no es necesario examinar así a la mayoría de los niños. En vez de eso, empiece por observar al niño de manera general. Basándose en las preguntas que ya hizo y en sus observaciones, trate de identificar cualquier cosa que le parezca extraña o que no esté perfectamente bien. Luego examine con cuidado cualquier parte o función del cuerpo que pudiese estar relacionada con la discapacidad.
Parte del arte de examinar a un niño es SABER CUANDO DETENERNOS. Es importante revisar cualquier cosa que pudiera ayudarnos a entender las necesidades del niño. Pero también es muy importante ganarnos su confianza y amistad. Si examinamos demasiado a un niño, podemos hacer que se enoje o que nos tenga miedo. Hay niños que alcanzan su límite mucho antes que otros. Por eso, debemos aprender qué tanto aguanta cada niño—y tratar de examinarlo de una forma que él acepte.
Algunos niños requieren de un examen mucho más completo que otros. Por ejemplo:
Técnicas para el examen: Empiece por ganarse la confianza del niño
Dependiendo de cómo lo inicie, el examen físico le puede ayudar a hacerse amigo del niño o lo puede convertir en su enemigo. Aquí tiene algunos consejos:
queremos ganar,
antes de
empezarte
a examinar!!
amiga,
Sr. Rehabil
- Vístase como la gente común, no como un profesional. Los uniformes blancos a menudo asustan a los niños—sobre todo si ya han sido inyectados alguna vez por un doctor o una enfermera.
- Antes de empezar el examen, interésese en el niño como persona. Háblele amablemente, Gánese su confianza. Tóquelo de una forma que le muestre que usted es su amigo.
- Acérquese al niño a su altura, no desde más arriba. (Trate de tener la cabeza a la misma altura que el niño.)
- Empiece el examen con el niño sentado o acostado sobre las piernas de la madre, sobre el piso o en cualquier lugar donde él se sienta cómodo y seguro.
- Si el niño se siente nervioso de que lo toque o lo examine un desconocido, trate de que la madre lo haga lo más posible. Esto le mostrará a ella que usted la respeta y que quiere incluirla. Además, quizás así ella pueda aprender más.
- Haga que el área de espera y de consulta sea lo más agradable y hogareña que sea posible. Tenga muchos juguetes, desde muy sencillos hasta muy complejos, donde el niño pueda jugar con ellos. Al fijarse si el niño juega, y cómo, qué tanto, con qué y con quién juega, usted puede aprender mucho sobre lo que él puede y no puede hacer, sobre su nivel de desarrollo físico y mental, sobre los tipos de problemas que tiene y la manera en que se ha (o todavía no se ha) adaptado a ellos.
Observar cómo juega un niño—solo, con otra gente y con juguetes—es una parte esencial de la evaluación. |
- Trate que el examen sea interesante y divertido. Siempre que sea posible, conviértalo en un juego.
Por ejemplo: Cuando usted quiera probar la coordinación entre ojos y manos de un niño (para ver si tiene problemas de equilibrio o daño cerebral), usted podría pedirle que le toque la nariz a un muñeco o que empuje el botón de una lámpara de mano para prenderla.
Si el niño empieza a inquietarse, detenga el examen por un rato y juegue con él o déjelo descansar.
Es mejor examinar a un niño cuando esté descansado, bien alimentado y de buen humor—y cuando usted también lo esté. (Aunque claro que esto no siempre será posible.)
- Cuando el niño tenga un lado más débil que el otro o controle menos un lado,
revise primero el lado más fuerte |
Por favor levanta esta rodilla.
¡Muy bien! |
y luego el más débil. |
Ahora vamos a ver si puedes levantar la otra.
Estoy tratando, pero no puedo.
Está bien. Gracias por tratar. |
- Cuando examine al niño, dele ánimo y felicítelo. Si trata de hacer lo que usted le pide pero no puede, dele las gracias por intentarlo.
Pídale que haga cosas que hace bien y no sólo lo que se le dificulta, así se sentirá orgulloso de sí mismo.