Hesperian Health Guides
Violación sexual
Una persona víctima de violación sexual necesita primeros auxilios para tratar el daño físico y también necesita apoyo emocional. Sea amable y compasivo. No la culpe.
La violación puede resultar en un embarazo. Los anticonceptivos de emergencia o la dosis indicada de algunas de las pastillas anticonceptivas regulares pueden evitarlo si se toman durante los primeros 5 días después de la violación. La violación también puede pasar enfermedades de transmisión sexual para las cuales hay tratamiento. El VIH se puede prevenir si dentro de los primero 3 días toma el tratamiento de prevención llamado profilaxis post exposición (PEP). Consulte con una clínica o programa enfocado en prevenir el VIH.
Para la persona violada puede ser difícil que usted la vea o la toque. Explíquele lo que va a hacer antes que la examina y pídale permiso cada vez antes de tocarla.
Si hay desgarros, cortaduras o moretones en su ano o sus genitales, le causarán dolor. Dé paracetamol (acetaminofén) o ibuprofeno. Si hay mucho sangrado, aplique presión para detener el sangrado. Enséñele cómo hacerlo a su propio cuerpo en caso de que vuelva a sangrar más tarde.
Para las cortaduras y los desgarros pequeños, remoje las partes del cuerpo afectadas en agua tibia 3 veces al día. Dejar caer agua sobre los genitales al momento de orinar ayudará a reducir la sensación de ardor. Las cortaduras y los desgarros más grandes pueden requerir suturas.
Revísele todo el cuerpo para ver si tiene otras lesiones, y utilice otras partes de este capítulo para tratar problemas específicos. La persona necesitará un informe del examen físico y una constancia de sus lesiones si luego decide denunciar la violación ante la policía aun si espera mucho tiempo antes de hacerla.
Vuelva a hacer un examen unos días después para ver cómo se encuentra emocional y físicamente. Observe si hay señas de infección en cortaduras y desgarros. Las infecciones de la vejiga son muy comunes después de las relaciones sexuales forzadas o violentas. Tener dolor o ardor al orinar y sentir la necesidad de orinar con mucha frecuencia son señas comunes de una infección de la vejiga.