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La importancia de los centros comunitarios de rehabilitación
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En un intento por sacar la rehabilitación de las grandes instituciones y llevarla hasta los hogares, algunos programas de rehabilitación comunitarios han tratado de arreglárselas sin un centro de rehabilitación local. Los ‘supervisores locales’ visitan los hogares y trabajan directamente con las familias de las personas con discapacidad. Pero cuando se necesita asistencia o equipo adicional, a menudo el supervisor local no tiene donde conseguirlos. Entonces tiene que mandar a la persona con discapacidad con los especialistas de la ciudad. Por razones de distancia, costo, temor o fallas en el sistema de apoyo, las visitas a los especialistas muchas veces no dan buen resultado. Por consiguiente, con frecuencia la rehabilitación no se completa y la gente se desanima.
Sin duda alguna, siempre habrá quienes necesiten ir a un hospital o a un centro de rehabilitación en la ciudad. Pero de todos modos, por las siguientes razones, conviene establecer un pequeño centro de rehabilitación en el pueblo, dirigido por las personas interesadas de la comunidad:
- Dicho centro es una base visible, práctica y de bajo costo para coordinar las actividades de rehabilitación en el hogar y para dar servicios que apoyen esas actividades.
- Puede producir rápidamente una gran variedad de aparatos ortopédicos y de equipo de rehabilitación a bajo costo, usando recursos locales, con la participación de las familias, los niños de escuela y los artesanos locales.
- Puede incluir un ‘parque para todos los niños’ y organizar actividades para promover la comprensión y la interacción entre las personas con discapacidad y el resto de la comunidad.
- Puede capacitar y ofrecerles trabajo a las personas con discapacidad del pueblo, que de otro modo no contarían con estas oportunidades. Esto ayuda a las familias de las personas con discapacidad y a la gente en general a darse cuenta de que las personas con discapacidad pueden jugar un papel práctico, útil y productivo en la comunidad.
- En muchos casos, el mejor lugar para la rehabilitación diaria es el hogar. Pero para algunas familias esto puede ser muy difícil, como, por ejemplo, si uno o ambos padres han muerto, están ausentes o tienen problemas de alcoholismo. A veces los padrastros u otros familiares maltratan al niño, nunca le hacen caso o abusan de él sexualmente (un problema bastante común, sobre todo para las niñas). A veces, una familia se esfuerza lo más que puede. Pero si necesita trabajar constantemente, tan sólo para sobrevivir, puede ser imposible que además cuide al niño con discapacidad. En cualquiera de estos casos, quizás convenga más que la familia lleve al niño a un centro de rehabilitación donde él pueda recibir cuidados especiales. Lo más probable es que así ambos partidos salgan adelante.
- Si muchos centros rurales pequeños se unen para formar una ‘red’, pueden intercambiar ideas y aprender unos de otros. También los distintos programas se pueden ‘especializar’ y producir diferentes equipos o materiales. Por ejemplo, uno podría fabricar sillas de ruedas, otro juguetes educativos y otro vendas de yeso. Así, los diferentes centros y programas podrían abastecerse mutuamente y a bajo costo.
La rehabilitación en casa muchas veces da mejores resultados con la ayuda de un centro comunitario local.