Hesperian Health Guides
Síndrome de Down
En muchos lugares, el síndrome de Down—o ‘mongolismo’—es la forma más común de retraso mental. Los niños con síndrome de Down son más lentos que otros en aprender a usar el cuerpo y la mente. También tienen ciertas señas o problemas físicos. (Esta combinación de señas se llama ‘síndrome’.) El bebé no se desarrolla normalmente en el vientre debido a un error en los ‘cromosomas’ (el material en cada célula del cuerpo que determina cómo será el bebé).
Estas son las señas típicas del síndrome de Down (pero no todos los niños presentan todas estas señas):
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Otras señas posibles:
- Las coyunturas del codo, cadera y tobillo pueden estar sueltas y ser flexibles
- Uno de cada 3 niños tiene problemas del corazón.
- Puede darles leucemia (cáncer de la sangre).
- Los niños mayores pueden tener problemas de la vista o del oído. Revíseselos.
- Uno de cada 10 tiene deformes los huesos del cuello, los cuales pueden zafarse y dañar la médula espinal. Esto puede causar parálisis repentina o progresiva—o una muerte repentina.
Sumario
Cuidado de los niños con síndrome de Down y otras formas de retraso mental
El retraso mental en niños con síndrome de Down puede ser leve, moderado o severo. Algunos niños nunca aprenden a hablar. Otros sí hablan (y muchas veces les encanta hablar). Muchos aprenden a leer y escribir. La mayoría de estos niños son muy amigables y cariñosos, y se portan bien con las personas que los tratan bien. Aun los niños muy retrasados, con ayuda y una buena enseñanza, usualmente aprenden a encargarse de sus necesidades básicas y a ayudar con el trabajo sencillo. Pueden vivir más o menos normalmente con su familia y la comunidad.
Sobre todo en las áreas rurales, pueden aprender a hacer muchos trabajos importantes. A veces hacen trabajos repetitivos igual o mejor que otras personas. |
Pero su desarrollo físico y mental es más lento de lo normal. Por eso, los padres y todos los que atienden a estos niños deben ser muy pacientes con ellos, y desde una edad muy temprana, hacer todo lo posible por ayudarlos a desarrollar sus capacidades físicas y mentales. Para evitar o resolver problemas de conducta, los padres necesitan tener en claro lo que esperan del niño y hacérselo saber a través de su trato con él. Es muy importante que no cambien a cada rato sus esperanzas, ni su forma de tratar al niño. El niño necesita que lo feliciten por las cosas que hace bien y que lo animen. (Vea el Capítulo 40).
Algunos niños con síndrome de Down pueden ir a la escuela, pero necesitarán ayuda adicional. Es importante que los maestros entiendan su discapacidad y ayuden a los otros niños a respetar al niño retrasado. A menos que se le dé comprensión y ayuda en la escuela, a veces es mejor que el niño con síndrome de Down que vive en un área rural se eduque en el hogar, a través del trabajo con su familia.
Una niña con síndrome de Down aprende a sacar los postes de un tablero de juego. Después aprenderá a acomodarlos de regreso en el tablero. Foto de Teaching Your Down’s Syndrome Infant, escrito por Marci J. Hanson. |
El cuidado de un niño con síndrome de Down tiene 3 metas principales:
- Ayudar al niño a desarrollar sus habilidades físicas y mentales.
- Protegerlo de enfermedades infecciosas.
- Prevenir o corregir deformidades.
Aquí hablaremos de las 2 últimas metas. Cubrimos la primera en otros capítulos.
Protección contra las infecciones
El niño con síndrome de Down se enferma más a menudo que otros niños. Es fácil que le dé catarro, bronquitis, pulmonía y otras infecciones. Por lo tanto, es muy importante proteger su salud.
- Dele leche de pecho el mayor tiempo posible. La leche de pecho tiene ‘anticuerpos’ que ayudan al niño a combatir infecciones. (Si el niño no mama bien, saque leche de sus pechos y désela con cuchara o como pueda.)
- Como a cualquier bebé, a los 5 meses empiece a darle otras comidas—fruta, frijoles, huevos y arroz—pero siga dándole también leche de pecho. (Como a los demás bebés, péselo cada mes en el centro de salud para asegurarse de que esté creciendo bien.)
- Las vacunas lo pueden proteger contra varias enfermedades infantiles. Si a un niño con síndrome de Down le da sarampión o tos ferina, es fácil que también le dé pulmonía.
- Consiga atención médica a tiempo. Cuando el niño tenga dolor de garganta, de oído o mucha tos, llévelo a un promotor de salud lo más pronto posible.
Prevención de las deformidades de los pies y otros problemas
- Revise a los recién nacidos para ver si tienen la cadera dislocada (zafada), para poder corregirla lo más pronto posible.
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no le ponga zapatos duros que le doblen el dedo así. | Es mejor que use zapatos blandos (como ‘tenis’) o sandalias. | |
Esto puede causarle una dolorosa dislocación aquí. |
Si el dedo gordo está muy salido, a veces es posible corregirlo con una operación, para que el niño pueda usar zapatos sin problema.
- Si el niño tiene los pies muy planos, pueden servirle unas plantillas especiales.
- Si aparece alguna seña de parálisis o falta de sensibilidad en las manos, los pies o el cuerpo, consulte a un ortopedista o a un neurocirujano.
Prevención del síndrome de Down
Uno de cada 800 niños nace con síndrome de Down. Es más común en bebés de madres mayores de 35 años de edad. Sería sensato que las mujeres de más edad planifiquen sus familias para así no tener más hijos después de los 35 años (vea el Capítulo 20 de Donde no hay doctor). Además, si una pareja ya tiene un niño con síndrome de Down, la probabilidad de que tengan otro es mayor de lo normal (más o menos de uno en 50).
En algunos países se puede hacer una prueba (amniocentesis) como a los 4 meses del embarazo para ver si el niño tendrá síndrome de Down. Si es así, la familia puede considerar un aborto (en sociedades donde esto está permitido).