Hesperian Health Guides

La lepra y la comunidad

En este capítulo:

Históricamente, ha habido un gran temor e incomprensión de la lepra. A menudo, las personas con lepra han sido echadas fuera de los pueblos, o han sido tratadas con crueldad. Hasta hace poco, los gobiernos separaban a las personas con lepra de sus familias y las encerraban en sanatorios llamados ‘leproserías’ o lazaretos. Todo esto simplemente aumentó el miedo de la gente.

Hoy, la lepra es curable—y las personas no llegan a tener deformidades ni discapacidades si se empieza pronto el tratamiento. El tratamiento se puede hacer en casa. La persona puede seguir yendo a la escuela o a trabajar. La lepra no tiene por que incapacitarla ni física ni socialmente.

Pero en algunas comunidades todavía abundan el miedo y la falta de entendimiento. Muchas personas se niegan a admitir—aunque sea a sí mismas—que tienen las primeras señas de la lepra. Se tardan en empezar el tratamiento hasta que aparecen deformidades permanentes. Las personas sin tratamiento contagian a otras. Y así el mito de la lepra y el temor que causa se mantienen vivos.

Para corregir esta situación son necesarios los esfuerzos de los promotores de salud y rehabilitación, maestros de escuela, líderes religiosos y comunitarios, familiares de personas con lepra y organizaciones de personas con discapacidad. Estos son algunos cambios necesarios:

1. Información y educación. Las escuelas, los centros de salud, la radio, la televisión y las ‘novelas’ pueden usarse para ayudar a informar a la gente sobre la lepra. La información debe:
  • tratar de acabar con los temores de la gente y hacerla entender que la lepra es curable.
  • recalcar la importancia del diagnóstico y el tratamiento temprano.
  • enseñarle a la gente cómo reconocer las primeras señas y dónde recibir tratamiento
  • incluir cuentos populares en los que las personas que sospechan tener lepra deciden conseguir ayuda y se curan.
2. Integración de los programas para lepra en los servicios de salud general. Demasiadas veces, el control de la lepra se hace en un programa separado. Es importante que la gente (y los promotores de salud) empiecen a pensar en la lepra simplemente como otro serio problema de salud—como la diarrea en los niños.
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Buscando señas de lepra en niños, India (Foto: The Leprosy Mission)
3. Campañas para revisar periódicamente si los niños tienen manchas en la piel y otras señas iniciales de la lepra. Esto podría ser parte del programa NIÑO-a-niño (vea el Capítulo 47) en el que los niños de la escuela primero aprenden a examinarse unos a otros y después a sus hermanos pequeños. Una Hoja de actividades sobre la lepra’ del programa NIÑO-a-niño se consigue a través de TALC.
4. Presión de la comunidad y órdenes del gobierno para permitir que los niños y adultos bajo tratamiento asistan a la escuela, encuentren trabajo, vayan a festivales y tomen parte en las actividades públicas. (Las organizaciones de personas con discapacidad pueden ayudar en esto.)
5. Auto-ayuda y grupos comunitarios de apoyo para asegurarse de que las personas con lepra sientan aceptación, protección y respeto; y asegurarse también de que tomen sus medicinas regularmente y aprendan cómo prevenir las deformidades. Donde sea necesario, los grupos pueden ayudar a estas personas a conseguir la educación, los servicios de salud, el trabajo y los derechos sociales que se merecen.

El ejemplo de un promotor de salud que recibe con gusto a las personas con lepra y no tiene miedo de tocarlas puede calmar los temores de la gente y promover su aceptación.



Esta página se actualizó el 27 may 2020