Hesperian Health Guides

Evitar y controlar los productos tóxicos

En este capítulo:

Evitar la exposición a contaminantes tóxicos comienza con el principio precautorio, que implica que antes de usar un producto o realizar una actividad, reflexionemos sobre el daño que podría causar. Si bien es posible que individualmente y colectivamente tomemos medidas para evitar al máximo los daños, también debemos exigir que los dueños de los negocios y nuestros gobiernos le den más importancia a la salud de la gente (rica y pobre) y al medio ambiente que a las ganancias personales y de las empresas.

Muchas de nuestras actividades diarias influyen en la cantidad de productos tóxicos a la que nos exponemos. Si bien no es posible controlar la exposición diaria a ciertos productos tóxicos tomando decisiones personales, podemos limitar la exposición a otros si optamos por medidas que contribuyan a la seguridad y la salud de nosotros, nuestras familias y nuestras comunidades. Estas decisiones personales frecuentemente conducen a acciones comunitarias, puesto que pronto entendemos que es imposible para una sola persona controlar el daño que causan los productos tóxicos.

Hombres y mujeres en un salon miran y escuchan una mujer que dibuja en una cartulina.

Para detener el daño por los productos tóxicos necesitamos:

Educarnos. Aprender y enseñar a los demás a distinguir los productos tóxicos y el daño que causan. Lea este libro, hable con otras personas e infórmese con las organizaciones que brindan información acerca de los productos tóxicos. Las escuelas, los centros de salud, los lugares de trabajo, los centros comunitarios y nuestros hogares pueden ser lugares para educar a la comunidad sobre los productos tóxicos y la salud (en "El juego de Serpientes y Escaleras," se explica cómo tratar el tema en una reunión comunitaria).

Encontrar las fuentes de exposición a productos tóxicos en nuestros hogares, barrios, fuentes de agua, lugares de trabajo, escuelas y regiones. Para averiguar el impacto de la contaminación tóxica en su comunidad, realice un recorrido para observar los problemas con la basura, una encuesta de salud o la organización de un grupo para vigilar la contaminación.

Evitar todos los tóxicos que pueda. Manténgase lejos de las fuentes conocidas de productos tóxicos. Reduzca el uso de productos tóxicos encontrando alternativas más seguras para limpiar y controlar de plagas en la agricultura y el hogar. Planifique un programa comunitario para el manejo de desechos sólidos, proteja la fuentes de agua, y trabaje para trasladar los negocios o actividades tóxicas fuera de los sitios donde se cultivan alimentos y de las áreas públicas como los parques. Asegúrese de que los materiales tóxicos no se guarden, utilicen o se descarten en lugares residenciales o cerca de ellos. Tome medidas para asegúrese de no habrá exposición a productos tóxicos, especialmente para los niños, los adultos mayores, los enfermos y las mujeres embarazadas o que estén amamantando.

No podemos escoger el aire que respiramos, el agua que bebemos o los materiales con los que nuestros empleadores nos hacen trabajar, y con frecuencia no sabemos a qué nos exponemos en lo que comemos o los productos que usamos. Por eso es necesario organizarnos para hacer que los productores y los gobiernos reduzcan el uso de productos tóxicos y la amenaza de la contaminación tóxica. Si muchas personas entienden que un producto es muy dañino, aunarán sus esfuerzos y podrán producir cambios.

Podemos obligar a las empresas a que limpien los contaminantes

Tres trabajadores hablan mientras caminan cerca de un edificio.
Los productos químicos con que trabajamos nos enferman.
La empresa nos podría proteger mejor si usara menos químicos tóxicos.
Pero la empresa no admite que los productos químicos sean el problema. Así que nosostros
mismos debemos exigir que valore la salud nuestra.

Las industrias contaminantes, como las fábricas, centrales eléctricas e industrias de extracción de petróleo y minerales, son las principales productoras de químicos tóxicos, mientras que la carga de vivir con la contaminación recae en la gente que vive cerca del problema. Algunas comunidades han podido demostrar que una industria o empresa en particular es responsable por un problema y debe remover los productos tóxicos, descontaminar el sitio y comprometerse a aplicar prácticas más seguras (podrá leer historias de comunidades que han obligado a las empresas a asumir la responsabilidad de descontaminar en "Organizar grupos contra el envenenamiento por radiación", "No queremos sus desechos tóxicos", "La acción comunitaria salva un río", y "Las mujeres protestan contra la explotación petrolera").

Presione a los gobiernos para mejorar las normas de seguridad

Es responsabilidad de los gobiernos proteger a la gente contra la contaminación. Sin embargo, poderosas empresas e instituciones financieras internacionales los presionan para eliminar o ignorar las normas relativas al uso de productos tóxicos. La comunidad debe ejercer mucha presión para que los gobiernos formulen y hagan cumplir leyes que protejan a las personas, en particular en países que luchan por atraer la inversión extranjera. Las campañas comunitarias sí pueden causar cambios en las leyes (vea "Filipinas prohíbe la incineración y adopta leyes más estrictas sobre los desechos, "No queremos sus desechos tóxicos", "Bateando por la salud", "Minería y enfermedad en los Dineh", y "Tratamiento para los mineros con silicosis") y valerse de las leyes ambientales existentes.

Presione para cambiar las técnicas de producción de productos

Muchas industrias han desarrollado técnicas de producción limpia para reemplazar los materiales y métodos de producción tóxicos con otros más seguros y menos dañinos. Se debe presionar a las empresas a que las adopten.

Cambio en las modalidades de consumo

Al final, los ricos consumen demasiado. Reducir el consumo y los desechos, utilizar lo suficiente pero no demasiado: se trata en gran medida de la solución.